10 may 2009

LUISA SE ESTRELLA CONTRA SU CASA.




Por: Flavio Harriague

Cuando entramos a la sala, los espectadores nos encontramos con una casa de cajas de cartón y un árbol del mismo material. Un joven tocando la guitarra a un costado.


Luego en el transcurrir de la obra veremos transitar a una joven (Luisa), a un amigo colaborador de Luisa que tiene en su cabeza el nombre de un polvo limpiador (Odex) y al amante fantasma muerto en un accidente.


La casa de cartón se plegará y desplegará, la misma operación realizará el texto.
Hay una poética en la obra que logrará instalarse durante mucho tiempo en los espectadores.
Se desliza el espacio y también las identidades, en un devenir que arrastra ritmos e intensidades.


Hay una falsa casa, un falso hombre- Odex, y un falso hombre-muerto.
Pero gracias a esa potencia poética de lo falso accedemos al drama de “lo real”. Tan real como las pesadillas de la niña-mujer que luego de una tragedia personal, encuentra en esa precariedad, la posibilidad de transitar el dolor. Tal precariedad debemos tomarla en toda su radicalidad. Precariedad de identidades, de fronteras entre la razón y la locura, la vida y la muerte. No hay a mi entender una huida de la realidad producto del dolor de una pérdida; hay, en todo caso, un encuentro “con lo real” que como siempre ocurre en una obra de arte (y ésta lo es) las fronteras que instalamos en la realidad desaparecen.


Es una obra extraordinariamente sensible por la dimensión rítmica que contiene y por la capacidad de hacernos transitar por sus deslizamientos de sentidos.
Podemos en algunos momentos desconcertarnos como espectadores, pero son esos desconciertos felices ante un espectáculo que nos sacude de la percepción cotidiana. Ésta es una obra que persistirá en nosotros durante mucho tiempo, tanto como la mirada de Luisa.

“Luisa se estrella contra su casa”
Sábados 21hs.
Espacio Callejón.

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