Hasta donde llega la necesidad de la existencia del “Otro”
Esta podría haber sido una obra de vampiros en una zona costera. Y nadie afirma que no lo sea del todo. Un parásito es aquel organismo vivo que se nutre a expensas de otro ser vivo de distinta especie al que se suele llamar huésped. El huésped, generalmente, en relaciones patógenas, no tiene beneficio alguno de aquel estrecho vínculo, aunque existen, ocasionalmente, relaciones de mutualismo, dónde el beneficio es para ambos, o relaciones de comensalismo dónde el huésped no sufre daño alguno. Aquí, al parecer, estamos ante relaciones evidentemente patógenas. De todas formas, todo se nos presenta con tanta ambigüedad…que es difícil separar la paja del trigo.
“Parásitos” de Marius von Mayenburg es la nueva puesta en escena de Lucas Olmedo. Más allá del planteamiento de von Mayenburg, Olmedo revaloriza en escena el no defnifir quien necesita a quien, es decir, que dificulta la identidad del parásito, optando por volver a todos los personajes un ser dependiente del otro y transformarse a su vez el parásito del otro.
“Parásitos” es un juego, donde los personajes disputan contra ellos mismos en la soledad; lucha por un “otro” que les cuide y los haga ser lo que son; el problema, y ahí está muy bien jugado por todo el grupo de trabajo, que la puesta en escena no pone en evidencia quien es el parásito de quien; no hay una marca determinada de la necesidad del otro. Todos se necesitan porque así lo decidieron.
Mostrando ámbitos pesados, oscuros y fríos, “Parásitos” se desenvuelve en la producción de la narración oral, con ninguna intensión de agravar los hechos; el choque, la fricción y la tensión se producen en los encuentros de los personajes con la situación, con el silencio –que de hecho es una consecuencia-, con el otro.
“Parásitos” está los jueves a las 21:00 en Beckett Teatro, Guardia Vieja 3556, reservas al teléfono 4867-5185; mayor información en http://parasitosdebuenosaires.blogspot.com/
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