15 jul 2012

CLIFF (ACANTILADO)







Días antes de la celebración de la ceremonia de los Oscar de 1961 –la cuarta y última ocasión en la que fue nominado– Montgomery Clift prepara en su departamento de Upper East Side su regreso a los escenarios teatrales con La gaviota de Chejov. Ha decidido abandonar su carrera cinematográfica y escapar por fin de los mandatos de los estudios y del hostigamiento de los medios de comunicación. Pero antes tendrá que cerrar las cuentas pendientes con el pasado: el accidente de tráfico que desdibujó su rostro, los estragos del deseo mutilado, su relación con los compañeros de profesión, etc.
Por Cliff (acantilado) se pasean no sólo algunos de los dioses caídos del Olimpo de Hollywood (James Dean, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o Marlon Brando), sino también la mirada lúcida y alucinada del propio Monty Clift, quien logró rescatar del naufragio de su existencia su posesión más preciada: su oficio de actor.



“Cliff (Acantilado)” es el texto de Alberto Conejero que Alejandro Tantanian propone en escena de una manera sublime e increíble para hablar de la encarnación de lo prohibido, de lo vertiginoso, del deseo de hacer lo que uno quiere hacer, de ir contra la corriente, etc, etc. Es una puesta en escena muy arriesgada que funciona a diferentes niveles de lecturas y que invitan a re-conocer y re-encontrarnos con el ser humano dentro del galmour y el star system.

Tantanian no lleva por un espacio de aparente minimalismo que está elegantemente bien equilibrado, con imágenes cortadas, completas, biográficas, con sonidos imperfectamente perfecto, con polvillo del toca disco, volúmenes que tapan, molestan; todo esto para crear esos climas que nos envuelven en lo oscuro del alma de Montgomery Clift.

Un espacio que sólo tiene vida en la construcción de un suicida, de un alcohólico, de un ser sensible, de un personaje que grita representar a Konstantín Tréplev y ser Montgomery Clift a viva voz. Un espacio que muestra el rostro desfigurado y los ojos de este ser que tenemos que recordar y pronunciar muy bien su nombre: Montgomery Clift.    

Nahuel Cano es quien se encarga de encarnar a Montgomery Clift. Un personaje que parece ser que es agobiado por un dolor y vacío, que aparenta ese grito silencioso a los cuatro vientos pero nadie escucha, ni nosotros, el público, ya que sólo es un actor. Nahuel Cano hace un trabajo sublime, dinámico y con mucha entrega en escena.

Esta increíble propuesta denominada “Cliff (Acantilado) está todos los sábados a las 23:00, en el Teatro El Extranjero, calle Valentín Gómez 3378, reservas al 4862-7400 o por mail http://www.elextranjeroteatro.com/plays/view/1 ó también compra anticipada en www.alternativateatral.com.ar

Nahuel Cano como Montgomery Clift

Dirección / Alejandro Tantanian
Producción ejecutiva / Victoria Murphy
Prensa / Duche&Zárate
Diseño gráfico / Leandro Ibarra
Fotografías / Ernesto Donegana
Asistencia de dirección / Mariano Tenconi Blanco & Gisel Robles
Musicalización / Alberto Conejero & Alejandro Tantanian
Coreografía / Celia Argüello Rena
Video / Santiago Brunati
Iluminación / Oria Puppo & Alejandro Tantanian
Escenografía y vestuario / Oria Puppo







COMER DE NOCHE


“Pocos hombres  son capaces de aplaudir sin envidia a un amigo en su buena fortuna. 
Un dardo envenenado traspasa el pecho del envidioso, que, roído por su veneno, gime bajo una doble carga: sufre por sus dolores, y se siente afligido por la felicidad de los otros.”
                                                                Esquilo



Comer de noche.  Entre hermanos. Una mujer en común. Una recién llegada; sus vaticinios. Comunión de todos los excesos: brindar para beber,  cortar la carne, seguir bebiendo. Viejos recuerdos y el pasado que vuelve en cada frase.  Bailar. La música y el intento infructuoso de reparar lo que está roto.  El pecho en la boca.  La sangre en el estómago y en el sexo. Lazos de sangre. Juego  de amor.
Y comer… siempre comer para tapar la historia. Y de noche.

“Comer De Noche” es el texto que crearon Romina Moretto y Lorenzo Quinteros, quien además es el responsable de la dirección de esta propuesta escénica que conjuga la tragedia familiar con un hecho cotidiano, donde las miserias pasan a segundo plano; ya que encierra al público en un mundo voyerista que muestra una aparente cena familiar, hecho donde casi siempre se expurgan y escapan todas las miserias de cada familia; pero, en la propuesta hay una vuelta de tuerca con los relatos míticos de Agamenón, Clitemnestra, Egisto y Casandra.

En “Comer De Noche” el espacio tiene muchos índices que quieren mostrar la realidad y lo escénico. Hay momentos que las situaciones son reales y otras jugadas escénicamente, donde el artificio actoral se muestra en la representación, para luego volver a un registro actoral no teatral.  

Lo que más llama la atención de “Comer De Noche” es el constante diálogo de ese encuentro familiar -los hermanos Máximo y Estebán con sus respectivas parejas que se reúnen para cenar-, con el relato mítico de Agamenón. Así, en el transcurrir de "Comer De Noche" se observa que hay dos Agamenón, una Clitemnestra que tiene el objetivo claro y una Casandra vegetariana y conectada con la madre tierra, las chacras y el Zen. Esos mundos son presentados en forma muy original para debatir la traición, la manipulación, el disfrute del poder y hasta donde uno quiere llegar para conseguir todo lo que desea a costa de la familia.

“Comer De Noche” está los viernes y los sábados a las 20:30 en Teatro Payró, calle San Martín 776, reservas a 4312-5922.  

Elenco
Anita Gutiérrez, Gabriel Lima,
Julio Molina y Romina Moretto

Dirección
Lorenzo Quinteros
Escenografía: Félix Padrón
Vestuario: Paola Delgado
Diseño de iluminación: Lorenzo Quinteros y Félix Padrón
Fotos de la obra: Guillermo Kalb
Trailer de la obra: Ana Quinteros
Asistente de Dirección: Javier Kussrow
Prensa:
Duche&Zarate