Un grupo de médicos/científicos son los encargados de cuidar y
estudiar desde hace años a un niño con algunas características
particulares.
Ellos mismos serán los encargados, en esta oportunidad, de exponer el
origen y consecuencias de esas singularidades.
Durante la exposición se incluirán relatos de la vida del niño narrados
por sus familiares y otros profesionales.
Imposible ver EL
NIÑO CON LOS PIES PINTADOS y salir de la sala sin comentar la pieza,
reflexionando sobre los grandes temas que ésta propone. Efectivamente, el
relato de la obra no tiene nada de anodino, muy por el contrario, su esencia es
de una contingencia que duele.
En esta historia
conviven un padre, una madre, un médico, una médica, una empleada de subsidios
y varias psicopedagogas, teniendo todos ellos como punto en común la figura de
un joven que, lo descubriremos poco a poco, sufrió numerosos episodios de abuso
sexual por parte de su propio padre. A partir de estos oscuros hechos que
enfrentó desde niño, “el chico” desarrollara una personalidad introvertida,
algo hermética; hecho por el cual se ha transformado en objeto de estudio para
la medicina y su omnipotente ciencia que todo lo explica en números y análisis
de diversa índole, ocupándose más del “objeto de estudio” que de la persona
tras el análisis.
Todos se ocupan
del “chico”, desde el aparato jurídico, el médico, el social, estatal y
también, por supuesto, su familia. Todos se vuelcan en el intento por hacerlo
olvidar, comprender o procesar los hechos traumáticos vividos. Y nosotros, en
calidad de espectadores, también nos ocuparemos de su historia por el
transcurso de la hora que dura la pieza, intentando comprender lo que vivió el
muchacho y aferrándonos a la esperanza de que aquella sea sólo una historia
teatral o una historia que siempre ha de suceder a otro, nunca a nosotros
mismos.
La pieza hace
uso de atractivos recursos escénicos que nos permiten adentrarnos en la obra
sin miedo ni dolor, la estética escogida es acertada y ayuda a digerir un tema
tan denso como el de la pedofilia e incesto. Hay momentos de risa, viajamos en
los sueños del “chico”, nos reímos con los comentarios analíticos del cuerpo
médico, nos sorprendemos ante las reflexiones del cuerpo estatal que se ocupa
del caso y oímos la cabeza del propio “chico” hacernos la transcripción de
aquellos momentos vividos junto a su padre, transcripción hecha desde la mente
infantil que se esfuerza por comprender lo que vivió y que termina escogiendo
la evasión como el camino que le ayudará a continuar con vida.
Destaca el
manejo dramatúrgico del tema por parte de Diego Brienza y Laura Fernandez, así
como la sobresaliente interpretación de Marcelino Bonilla como “el chico”.
Una pieza
absolutamente recomendable, tanto por su forma como por su fondo. Una obra
atrevida en cuanto a la elección del tema y acertada respecto al tratamiento
del mismo. Esta es una invitación a enfrentar el tabú, reflexionar al respecto
y despertar responsabilidades, desde el hogar hasta el Estado y sus
organizamos.
EL NIÑO CON LOS
PIES PINTADOS está los viernes a las 23:00 horas, en Abasto Social Club, Yatay
666, reservas:
Actores: Marcelino Bonilla - Mar Cabrera - Daniela Donschik -
Lucrecia Gelardi - Laura Lina - Melina Kuperman -Horacio Marassi –
Pamela
Marmisolle - Maia Menajosky - Gabriela Perisson - Vanina Salomon - Mauro
Tellechea
Coreografía:
Maia Menajovsky y Federico Borensztejn
Escenografía
y vestuario: Cecilia Zuvialde
Realización
de escenografía: Víctor Salvatore
Iluminación:
Sandra Grossi
Diseño
gráfico: Bárbara Delfino
Fotografía: www.gabrielgrimaldi.com.ar
Asistente
de dirección: Yasmin Sapollñik
Dirección:
Diego Brienza