Introducción
El siguiente trabajo de análisis, trata sobre el origen de una danza muy popular en Bolivia, y tal vez la más significativa como la más antigua. El Carnaval no puede darse el lujo de prescindir de este baile, rica en signos y de significados, específicamente, para un departamento, Oruro.
La Diablada: ¿para quién se baila?, ¿dónde nacen los adornos de sus máscaras?, ¿cuáles son sus ritos?, ¿dónde nace esta danza?. Todas estas preguntas y otras serán respondidas en el transcurso de la lectura de este trabajo.
La estructura de este análisis semiológico se hace a la mitología Andina que dio origen a La Diablada, no al baile, como tampoco al significado carnavalesco que tiene, ni la música que adorna los pasos, o el alcohol que acompaña a los danzantes.
Este trabajo no tiene conclusiones para evitar dudas, o contradicciones al lector sea este creyentes o no, partícipe de esta danza, o porque el relato es de comunicación verbal y siempre existen las tergiversaciones.
1. La historia según la mitología Andina.
“...Wari, semidiós de la fuerza y el fuego, pretendió destruir a los Urus por desobedecerlo en su imposición de la destrucción y el mal, retomando el camino del bien en sus vidas, la venganza del Wari se hizo patente al enviar al indefenso pueblo un descomunal sapo por el sector norte; una horripilante víbora por la zona sud; un inmenso lagarto por el este y legiones de hormigas por el mismo sector. En medio de su pavor y miedo lo Urus, invocan a la bella y hermosa ñusta que les hiciera retornar el camino del bien, ésta vence al perverso Wari, convirtiendo al ofidio, batracio y saurio en rocas inermes; mientras que el apelotonado hormiguero en las proximidades del río Tagarete es convertido en inmensa dunas de arena. Esa hermosa ñusta se dice que fue la virgen del Socavón.” [1]
2. El análisis semiológico.
De la historia relatada los elementos que analizaremos, desde el punto de la semiología, son: La ñusta o la Virgen; los animales; el bien y el mal; y al Diablo o Tío.
A) El bien y el mal.
Recordemos que todo estos incidentes de la mitología andina ocurrieron a mediados del siglo XVIII, en ese entonces las creencias y festividades eran distintas a las actuales, aunque, en ambas, se mantengan la esencia de la lucha entre el bien y el mal.
Todo este incidente, la lucha en sí, se sigue mostrando en los carnavales de hoy en día, ya que, la anterior leyenda da origen a la popular Diablada, dicha razón nos lleva a entender, que en un principio, las caretas y las máscaras de este baile, se adornaban de hormigas, lagartos, serpientes y sapos; con la hibridación y eso de “no existen culturas puras”, en esas caretas y máscaras los adornos se fueron transformando en dragones, y otros “bichos” de otras mitologías.
En el baile de La Diablada existe un rito que se realiza en la avenida Cívica, en la plazuela del Folklore de Oruro, representada por los bailarines; este rito autosacramental trata de los siete Pecados Capitales; La Ira rompe su máscara para poder ver a Dios y seguir al arcángel Gabriel, como ser perdonado por la Virgen del Socavón.
Los inicios del anterior rito autosacramental están en el relato oral de la mitología Andina narrada con anterioridad; los siete pecados capitales siguen mostrando el mal existente por Wari; la desenmascarada por parte de La Ira y el seguimiento que realiza al arcángel como también el pedir perdón a la virgen, son procesos que se mantienen desde el inicio del mundo, la incansable lucha entre del bien contra el mal, donde no existe un ganador, más bien el de tener contento a las dos fuerzas.
B) El bien. La Virgen.
No es sólo de nuestra cultura la existencia de la Virgen. María, la madre de Dios, empezó a recibir nombres distintos de todos los lugares del mundo, y nosotros no somos la excepción; en Cochabamba, La Paz, Oruro, y los demás departamentos entregan diferentes nombres a la Virgen María.
La advocación que se le da a la Virgen María también recae en la historia relatada anteriormente, con el nombre de, en ese tiempo de los Urus, Ñusta o Virgen del Socavón. Pese a que existen diferentes versiones de la aparición de la Virgen del Socavón, en todas recae la intención de ella, salvaguardar a su pueblo.
El significado que atribuye a la Virgen del Socavón, en el papel que juega del relato, es el de la pureza y el de la protección. Ambos son fuerzas imperativas del bien, o de la parte buena de la religión, en un significado más religioso; la fuerza de la fe, en la prueba contra el mal, siempre es tema de discusión entre los creyentes y los que no lo son.
María, en este caso la Virgen del Socavón, cumple el rol de intermediaria con el mal, ya que, para ella no existe el concepto del bien o del mal; sólo caracteriza el papel que le toca, como mitología, para defender a su pueblo, aunque en este caso fue el pueblo quien la adoptó.
C) Los animales.
El lagarto, al igual que el sapo, desempeña un papel importante en las leyendas, ya que representa el origen de la muerte, desde el punto de vista religioso. Las hormigas también simbolizan la muerte, irónicamente, ellas se transforman luego en arena, que significa abundancia o matriz, generación, descanso y alivio.
En el caso de la víbora gigante, es la línea existente entre la vida y la muerte, el fantasma palpable diurno que se desliza en espacios medibles y lo razonable, representa todo el esfuerzo como el sacrificio, pero también el castigo a quienes no cumplen con lo mencionado.
Los resultados que hizo la Virgen a los animales, están repartidos por todo el departamento de Oruro. La víbora, o su largo cuerpo partido en varios pedazos, se encuentra en el cerro La Víbora; el cuerpo del lagarto se ubica en la provincia de Cala Cala, son dos cerros, una la cabeza y el otro el cuerpo; las hormigas fueron distribuidas en dos sectores: arenales del norte y arenales del este; el sapo se encuentra en la zona norte de la ciudad, irónicamente, existe el cuento que la piedra del sapo fue volada con dinamita por un soldado celoso, pero lo que importa es la simbología.
D) El Tío, o Diablo.
El diablo, desde un principio, fue el máximo exponente del mal, el rey de todo el desorden y el caos, actualmente, es el mayor humanista existente y quien provee a la humanidad todos su “gustitos” .
El Diablo, quien también recibe la advocación del lugar, es el espíritu de las minas, cuyos inicios recaen en la historia relatada como Wari. Actualmente, es el único ser que representa el papel del protector como el del destructor.
Wari, o el Tío, protege al pueblo cuando lo respetan, realizando sacrificios en su nombre, como el de echar sangre de llama a la tierra, o darle comida. El destructor es sólo para castigar a su pueblo no para aniquilarlo. Es el único dios, quien representa papeles importantes entre las fuerzas, ya que él no pertenece a ninguna sino las impone, es como el juez del juego.
BIBLIOGRAFÍA
CHEVALIER, Jean; GHEERBRAND, Alain “Diccionario de los símbolos”
1986 Editorial Herder, Barcelona.
El siguiente trabajo de análisis, trata sobre el origen de una danza muy popular en Bolivia, y tal vez la más significativa como la más antigua. El Carnaval no puede darse el lujo de prescindir de este baile, rica en signos y de significados, específicamente, para un departamento, Oruro.
La Diablada: ¿para quién se baila?, ¿dónde nacen los adornos de sus máscaras?, ¿cuáles son sus ritos?, ¿dónde nace esta danza?. Todas estas preguntas y otras serán respondidas en el transcurso de la lectura de este trabajo.
La estructura de este análisis semiológico se hace a la mitología Andina que dio origen a La Diablada, no al baile, como tampoco al significado carnavalesco que tiene, ni la música que adorna los pasos, o el alcohol que acompaña a los danzantes.
Este trabajo no tiene conclusiones para evitar dudas, o contradicciones al lector sea este creyentes o no, partícipe de esta danza, o porque el relato es de comunicación verbal y siempre existen las tergiversaciones.
1. La historia según la mitología Andina.
“...Wari, semidiós de la fuerza y el fuego, pretendió destruir a los Urus por desobedecerlo en su imposición de la destrucción y el mal, retomando el camino del bien en sus vidas, la venganza del Wari se hizo patente al enviar al indefenso pueblo un descomunal sapo por el sector norte; una horripilante víbora por la zona sud; un inmenso lagarto por el este y legiones de hormigas por el mismo sector. En medio de su pavor y miedo lo Urus, invocan a la bella y hermosa ñusta que les hiciera retornar el camino del bien, ésta vence al perverso Wari, convirtiendo al ofidio, batracio y saurio en rocas inermes; mientras que el apelotonado hormiguero en las proximidades del río Tagarete es convertido en inmensa dunas de arena. Esa hermosa ñusta se dice que fue la virgen del Socavón.” [1]
2. El análisis semiológico.
De la historia relatada los elementos que analizaremos, desde el punto de la semiología, son: La ñusta o la Virgen; los animales; el bien y el mal; y al Diablo o Tío.
A) El bien y el mal.
Recordemos que todo estos incidentes de la mitología andina ocurrieron a mediados del siglo XVIII, en ese entonces las creencias y festividades eran distintas a las actuales, aunque, en ambas, se mantengan la esencia de la lucha entre el bien y el mal.
Todo este incidente, la lucha en sí, se sigue mostrando en los carnavales de hoy en día, ya que, la anterior leyenda da origen a la popular Diablada, dicha razón nos lleva a entender, que en un principio, las caretas y las máscaras de este baile, se adornaban de hormigas, lagartos, serpientes y sapos; con la hibridación y eso de “no existen culturas puras”, en esas caretas y máscaras los adornos se fueron transformando en dragones, y otros “bichos” de otras mitologías.
En el baile de La Diablada existe un rito que se realiza en la avenida Cívica, en la plazuela del Folklore de Oruro, representada por los bailarines; este rito autosacramental trata de los siete Pecados Capitales; La Ira rompe su máscara para poder ver a Dios y seguir al arcángel Gabriel, como ser perdonado por la Virgen del Socavón.
Los inicios del anterior rito autosacramental están en el relato oral de la mitología Andina narrada con anterioridad; los siete pecados capitales siguen mostrando el mal existente por Wari; la desenmascarada por parte de La Ira y el seguimiento que realiza al arcángel como también el pedir perdón a la virgen, son procesos que se mantienen desde el inicio del mundo, la incansable lucha entre del bien contra el mal, donde no existe un ganador, más bien el de tener contento a las dos fuerzas.
B) El bien. La Virgen.
No es sólo de nuestra cultura la existencia de la Virgen. María, la madre de Dios, empezó a recibir nombres distintos de todos los lugares del mundo, y nosotros no somos la excepción; en Cochabamba, La Paz, Oruro, y los demás departamentos entregan diferentes nombres a la Virgen María.
La advocación que se le da a la Virgen María también recae en la historia relatada anteriormente, con el nombre de, en ese tiempo de los Urus, Ñusta o Virgen del Socavón. Pese a que existen diferentes versiones de la aparición de la Virgen del Socavón, en todas recae la intención de ella, salvaguardar a su pueblo.
El significado que atribuye a la Virgen del Socavón, en el papel que juega del relato, es el de la pureza y el de la protección. Ambos son fuerzas imperativas del bien, o de la parte buena de la religión, en un significado más religioso; la fuerza de la fe, en la prueba contra el mal, siempre es tema de discusión entre los creyentes y los que no lo son.
María, en este caso la Virgen del Socavón, cumple el rol de intermediaria con el mal, ya que, para ella no existe el concepto del bien o del mal; sólo caracteriza el papel que le toca, como mitología, para defender a su pueblo, aunque en este caso fue el pueblo quien la adoptó.
C) Los animales.
El lagarto, al igual que el sapo, desempeña un papel importante en las leyendas, ya que representa el origen de la muerte, desde el punto de vista religioso. Las hormigas también simbolizan la muerte, irónicamente, ellas se transforman luego en arena, que significa abundancia o matriz, generación, descanso y alivio.
En el caso de la víbora gigante, es la línea existente entre la vida y la muerte, el fantasma palpable diurno que se desliza en espacios medibles y lo razonable, representa todo el esfuerzo como el sacrificio, pero también el castigo a quienes no cumplen con lo mencionado.
Los resultados que hizo la Virgen a los animales, están repartidos por todo el departamento de Oruro. La víbora, o su largo cuerpo partido en varios pedazos, se encuentra en el cerro La Víbora; el cuerpo del lagarto se ubica en la provincia de Cala Cala, son dos cerros, una la cabeza y el otro el cuerpo; las hormigas fueron distribuidas en dos sectores: arenales del norte y arenales del este; el sapo se encuentra en la zona norte de la ciudad, irónicamente, existe el cuento que la piedra del sapo fue volada con dinamita por un soldado celoso, pero lo que importa es la simbología.
D) El Tío, o Diablo.
El diablo, desde un principio, fue el máximo exponente del mal, el rey de todo el desorden y el caos, actualmente, es el mayor humanista existente y quien provee a la humanidad todos su “gustitos” .
El Diablo, quien también recibe la advocación del lugar, es el espíritu de las minas, cuyos inicios recaen en la historia relatada como Wari. Actualmente, es el único ser que representa el papel del protector como el del destructor.
Wari, o el Tío, protege al pueblo cuando lo respetan, realizando sacrificios en su nombre, como el de echar sangre de llama a la tierra, o darle comida. El destructor es sólo para castigar a su pueblo no para aniquilarlo. Es el único dios, quien representa papeles importantes entre las fuerzas, ya que él no pertenece a ninguna sino las impone, es como el juez del juego.
BIBLIOGRAFÍA
CHEVALIER, Jean; GHEERBRAND, Alain “Diccionario de los símbolos”
1986 Editorial Herder, Barcelona.
MONTES CAMACHO, Niver “Proceso Intimo del Carnaval de Oruro”
1986 Editorial Universitaria, Oruro
ENTREVISTA
Jorge Vargas. Historiador, investigador de culturas Andinas.
Ernesto Guevara. Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana
[1] Historia extractada del libro “Proceso Intimo del Carnaval de Oruro” de Niver Montes Camacho
[1] Historia extractada del libro “Proceso Intimo del Carnaval de Oruro” de Niver Montes Camacho
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