¿Qué número de función va y cómo
empezó?
M.V.: Ya
pasamos el mes. La idea es extendernos lo más que podemos. Es la única manera
de lograr conocer al autor, la obra. Es la primera vez que se hace una obra de
Griffero en Buenos Aires. No se conocía mucho la dramaturgia; pero claro él es
muy conocido en Chile y muy conocido internacionalmente. Él había hecho
incursiones con trabajos y seminarios en Mendoza. A Buenos Aires había venido
muchas veces pero no se habían hecho obras de él. Nunca se hizo una obra y
tiene una producción muy importante.
Así
que bueno, la idea fue traerlo para las dos funciones que hicimos acá en el
I.U.N.A. Era un punto de partida, la gente preguntaba sobre el autor”¿dónde
puedo conseguir la obra?” Entonces queríamos como continuar.
Se interrumpió la charla por la
mesera, que con buena dicción ofrece los diferentes productos bebibles. Marcelo
pide un agua con pera, o eso es lo que le escuché, luego me corrige mi error
que era agua con sabor a pera. Continuamos con la conversación.
Estamos contentos, muy
contentos, el público se está acercando. Es una propuesta muy particular. Es
una de las obras más particulares “Tus Deseos En Fragmentos”.
Autores chilenos, más jóvenes
comienzan a reproducir este sistema, como copiar y pegar ideas y conceptos.
M.V.:
Sí, es un modelo más europeo.
No lleva el modelo clásico del “cuentito”,
del “relato”, “fábula”; más es un anecdotario de lo que es uno.
M.V.: Sí,
sí, esto es la obra de Griffero más conceptual. En su modo de construcción, es
en sí, la más fragmentaria. El resto de su producción va en otro sentido. Hay
fábula, trabaja siempre con la ruptura del tiempo. Eso está presente siempre.
Pero “Tus Deseos En Fragmentos” es la más conceptual y había que entender por
dónde iba la cosa. La puesta en escena y el entendimiento de los actores
también. Trabajamos mucho.
Son como monólogos, soliloquios. La mayoría no tiene
una continuidad narrativa. La continuidad siempre está en el espectador que
busca armar, armar con alguna lógica, sentido.
Pero
por comentarios de los espectadores, los primeros minutos ya entienden cómo va
la lógica se entregan a ese modo fragmentario. Irrupciones. Griffero lo llama
irrupciones conceptuales. Aparecen y desaparecen. Ese es el subtítulo de la
obra. Irrupciones conceptuales.
Para
los actores les fue difícil. No tiene una continuidad lógica, ni siquiera en el
pensamiento sobre lo que es un personaje. Son entidades.
¿El trabajo de los actores, que
salen de escuela con la construcción de un personaje? ¿Cómo fue ese encuentro?
M.V.: Por
suerte este equipo de actores son muy buenos, todos son muy buenos. Todos se
formaron acá en el departamento de Arte Dramática del I.U.N.A.; y, también han
tenido incursiones en proyectos teatrales por fuera de la universidad. Son
actores que tienen otro recorrido, otra experiencia a nivel teatral, lo que
permitió que tuvieran un nivel de apertura.
Nueva irrupción de la mesera, quien
desperdiga conocimiento en diferentes tipos de condimentos para la ensalada.
Luego que se va, Marcelo sigue comentando.
En
ese sentido fue muy enriquecedor, porque ellos, la verdad, se entregaron a la
propuesta con un cuerpo y una mente muy amplia. Haber, ¿qué hacemos con este
material? En ese sentido me da como mucho orgullo trabajar con ellos. Tienen
una formación muy sólida pero también en su recorrido individual en su
profesión. Para la dirección es un agradecimientos que toque actores así, que
dice vamos para donde va la propuesta. Eso fue muy lindo.
¿La primera etapa, la preparación
cuánto tiempo duró?
M.V.: Todo
esto fue porque venía Ramón Griffero a Buenos Aires.
¿Llegó a verla?
M.V.: Claro,
Griffero el año pasado se contacta con el I.U.N.A. Y llega a Buenos Aires a
presentar su último libro que se llama “La Dramaturgia del Espacio”. Es una
línea de trabajo sobre la que él viene investigando desde su lugar como
dramaturgo y director. Yo lo conocía a Griffero de leer su obra, porque hasta el año pasado venía trabajando en
una materia sobre el teatro latinoamericano. Yo conocía la obra, de hecho
habíamos trabajado algunas obras como programa de la cátedra. A mí me había
conseguido, me habían traído fotocopias algunos alumnos chilenos; así que,
tenía conocimiento de la obra. Y tenía “Tus Deseos En Fragmentos”. Entonces, el
año pasado estaba trabajando en la secretaría de Extensión Cultural –del I.U.N.A.-
, así que hicimos todo lo importante para que Griffero venga a Buenos Aires a
dar unos seminarios y presentar su libro.
Se
me ocurrió para recibirlo, en principio, era hacer algunos fragmentos de alguna
de sus obras. Y empezamos a elegir, me gustó mucho “Tus Deseos En Fragmentos” y
así, efectivamente comenzamos a trabajar algunas partes. Convoco a los actores
y se me ocurre que acá hay tantos alumnos chilenos estudiando en arte
dramática, se me ocurre que sea interesante armar un elenco donde convivan
actores argentinos y chilenos. Como una particularidad. Comenzamos también a
armar el equipo técnico artísticos chileno-argentino. Armamos un equipo de
ambos países.
Fue
muy enriquecedor. Por un lado, los dos actores chilenos nos ayudaron a trabajar
con el registro lingüístico de la obra. El texto original tiene mucha jerga
chilena. Entonces lo que íbamos viendo era que determinados momentos con
determinadas expresiones hacíamos “traducciones” o buscando equivalente a lo
que podía ser al lenguaje que se utiliza en Buenos Aires. Había una jerga muy
localista, muy específica. En los ensayos, con los actores argentinos y los
actores chilenos fuimos encontrando equivalente.
Excepto
una de las escenas, que había un juego lingüístico, es la escena del “juego de
las frases”, que todas son frases muy populares chilenas. Me parecía que en el
material estaba propuesto un juego de lenguaje muy interesante. Eso, decidimos
no “traducirlo”, sino proponerlo en la escena como un juego de lenguaje. Esa
parte es como un homenaje a Chile.
Los
tres actores que hacen esas frases muy chilenas, decidí que lo hagan los
argentinos. Y los dos actores chilenos se rían de esa gracia, se rían como los
argentinos hacen el cantito chileno. Bueno, es un juego, que es lo interesante
cuando juegas con un material.
¿Y cómo lo tomó Ramón Griffero?
M.V.:
Ramón vino comienzo de abril. Organizamos dos seminarios que dio para actores e
hizo una conferencia presentando su libro. Además en ese evento de dos días
hicimos dos presentaciones de “Tus Deseos En Fragmentos”. Estreno para el
I.U.N.A. Quedó encantado, él nos autorizó hacerla. No imaginó que íbamos a
hacer la obra completa; es más, estaba sorprendido que no habíamos cortado nada.
Hicimos la obra completa.
¿Cuánto tiempo? ¿Dos, tres meses?
M.V.:
Empezamos a trabajar en noviembre del año pasado, parte de diciembre, retomamos
febrero, marzo. Intensa, muy intensamente, a razón de tres, cuatro ensayo por
semana. Sí, le dimos duro. Porque no llegábamos a hacer toda la obra. Esto fue
por el entusiasmo de los actores que querían presentar el espectáculo y luego
el entusiasmo de hacerlo.
Griffero quedó muy contento, le gustó mucho la
propuesta. La versión argentina es muy diferente a su versión en Chile, que se
puede ver en internet. Bueno, era nuestra mirada. En su propuesta el genera en
los fragmentos más situaciones. Yo acá, tomé la decisión de poner por delante
el discurso extremadamente despojado. Son los actores que están ahí, solo con
sus almas y lo que tienen que decir. Me odiaban por esto, pero ahora ya lo están
disfrutando esta cuestión de sólo presencia, sólo discurso.
Es muy difícil.
M.V.:
Muy difícil, no les daba la posibilidad de la relación naturalista, realista de
diálogo, de comunicación; y, que todo fuera para meter al público al universo
de la obra. Por eso están todo el tiempo contactando con la mirada. Eso fue lo
más difícil. Tengo muy buenos actores y lo están logrando.
Hablabas de la primera vez que se
presenta la obra de Griffero, ¿por qué
crees se da eso? Es notable la producción que se da en Buenos Aires, pocas
ciudades se dan ese lujo.
M.V.: Pero
poco teatro latino, ¿no?
Sí, hay muchos extranjeros que
trabajan acá, pero desconocen ese mecanismo, ese sistema de producción de la
ciudad. No conoce agentes de prensa o no tiene los suficientes contactos,
además de competir con otros doscientos espectáculos, como mínimo.
M.V.:
Mínimo, no te alcanza los fines de semana.
Ni el sueldo. Esta escena,
llamémosla “porteña” y a la otra “latinoamericana” -nos reímos- ¿hay mucha diferencia?
M.V.: Sí,
esta pregunta tuya abre la problemática que a mí me preocupa y siempre la
pienso. Es la primera vez que monto un texto de un autor latinoamericano contemporáneo.
Había trabajado con autores argentinos, con autores de teatralidades europeas,
norteamericana, pero nunca un autor latinoamericano, ni tan cercanos que es
Chile, que es lindero.
Me
parece que hay en el teatro de Buenos Aires, tradicionalmente, siempre hay una
mirada hacia lo europeo, también al norteamericano. En las últimas décadas, a
lo europeo. Con el teatro latinoamericano me parece que tenemos una deuda. Hay
mucha producción latinoamericana contemporánea y muy buena en muchos casos.
No
sé, puedo encontrar respuesta a través de nuestra historia de teatro, esta
mirada que Buenos Aire parece que no formaría parte de Latinoamérica. También
son decisiones artísticas individuales de decir: me arriesgo a hacer esto; me
gustó este material, vamos a hacerlo. Es cierto que la mirada de Buenos Aires
es más hacia afuera lejos, que a nuestros países de Sudamérica.
También
se da por prejuicio y mucho por desconocimiento, tiene que ver con el mercado
editorial. Las obras de Griffero yo las conocí por fotocopias que me traían
desde Chile. Acá no se consigue tanto teatro latinoamericano en las librerías.
A veces en las librerías no se consigue teatro en general –la risa llena la cafetería. Menos de teatro Latinoamericano. Es una
cuestión de mercado y de difusión.
Por
eso me parecía que viniera el autor, que trajera sus libros, para dejarlos en
la biblioteca y para que lo conozcan. Hoy con la tecnología está todo más
cercano.
Griffero
con eso es muy generoso sube todo sus materiales. Hay los videos completos de
sus puestas.
Bueno,
él la verdad estaba muy contento de hacer esta pisada con una obra en Buenos
Aires.
Seguimos charlando sobre “la escena porteña” y “la
escena latinoamericana”, además de llegar a las diferentes circunstancias de
edades y visiones de los distintos golpes de estado que se dio tanto en Chile
y en Argentina.