EL SER HUMANO COMO NÚMERO
DESTERRADOS
En el espacio de “El Excéntrico de la 18”, los sábados a las 21:00 tiene una propuesta escénica llamada “Desterrados”. Un trabajo que está entre las líneas teatrales de pedagogía e información y una propuesta de un futuro cercano muy apocalíptico.
La historia que proponen es sobre siete personas que tienen siete problemas diferentes con migración. La discriminación, las nacionalidades, los problemas del idioma, las dificultades de comunicación, las necesidades y urgencias que movilizan a los personajes están muy bien planteados. Existe un octavo personaje que al parecer sólo informa y no tiene relación alguna con los demás. Y por último, un personaje virtual a quien sólo escuchamos la voz y representa al sistema de migración y es responsable de todo este hecho.
No existe una actuación que sobresalga, ya que todos tienen un carácter de interpretación homogéneo, con los mismos códigos y contribuyendo a crear climas y situaciones de desesperación, y que ninguno sobresalga, es decir, que ningún personaje es más importante que el otro; ésto tiene mucho que ver con la propuesta que ellos parten de enseñar que todos tenemos los mismos derechos. Me parece interesante ese hallazgo que muestran.
Como una obra de teatro pedagógico está muy bien hecha y no es para nada aburrido ser aleccionado de esta forma. Pero, si no lo tomamos como pedagogía teatral y sólo como un juego nos perdemos muchas propuestas interesantes, entre ellas: la misma discriminación que hacemos hasta que necesitamos del otro; no importa quien eres o qué hacías, sólo eres un número, y eso te iguala a los demás; algunos creemos tener más derechos que otros, ser responsable de nuestros actos, etc. Y así uno puede seguir encontrando sentido a una propuesta pedagógica.
Vayan, vean y disfruten de la lección...
La historia que proponen es sobre siete personas que tienen siete problemas diferentes con migración. La discriminación, las nacionalidades, los problemas del idioma, las dificultades de comunicación, las necesidades y urgencias que movilizan a los personajes están muy bien planteados. Existe un octavo personaje que al parecer sólo informa y no tiene relación alguna con los demás. Y por último, un personaje virtual a quien sólo escuchamos la voz y representa al sistema de migración y es responsable de todo este hecho.
No existe una actuación que sobresalga, ya que todos tienen un carácter de interpretación homogéneo, con los mismos códigos y contribuyendo a crear climas y situaciones de desesperación, y que ninguno sobresalga, es decir, que ningún personaje es más importante que el otro; ésto tiene mucho que ver con la propuesta que ellos parten de enseñar que todos tenemos los mismos derechos. Me parece interesante ese hallazgo que muestran.
Como una obra de teatro pedagógico está muy bien hecha y no es para nada aburrido ser aleccionado de esta forma. Pero, si no lo tomamos como pedagogía teatral y sólo como un juego nos perdemos muchas propuestas interesantes, entre ellas: la misma discriminación que hacemos hasta que necesitamos del otro; no importa quien eres o qué hacías, sólo eres un número, y eso te iguala a los demás; algunos creemos tener más derechos que otros, ser responsable de nuestros actos, etc. Y así uno puede seguir encontrando sentido a una propuesta pedagógica.
Vayan, vean y disfruten de la lección...
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