Un bien necesario
Kevin Quitapenas
Siempre me ha gustado mucho el Stand Up, me leía los monólogos del club de la comedía y los disfrutaba mucho, luego me bajaba los videos en Youtube, supe ahí que son bastantes.
Me gusta mucho Chris Rock porque es un grosero atrevido de primera y Seinfeld porque se nota que no hace ningún chiste al azar, “The kings of comedy” son igualmente unos compadres muy buenos. Y bueno, puedo citar muchos ejemplos de stand up que me gusta, que veo y admiro.
Y lo que vi en el Paseo La Plaza, los monolocos, no tiene nada que envidiar a los comediantes de siempre. Me gustaron muchísimo, los disfruté y sobre todo noté el trabajo. Es otra experiencia en actuación (porque no deja de serla), en texto (porque no deja de haberlo) y en acontecimiento escénico, me parece que tiene mucha menos solemnidad y se convierte de inicio en un contacto de amigo a amigo con el público. Y mediante un ejercicio admirable de inteligencia y razonamiento, el comediante logra que te mofes de ti mismo y te rías por ello! Esa es una labor, a toda vista, difícil.
Pero los Monolocos dan la talla. Son un espectáculo sencillo, sin pretensiones, sin grandes movimientos escenográficos, solo ellos, un micrófono y su humor, que es mucho y suficiente para todos.
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