Funciono mejor como producto
Si un periodista se te acerca y te
hace la típica pregunta: ¿Cómo tú te presentas?
M.M.:
Que me llamo Milagro Michael, me dicen Mili y que soy una artista. Siempre
trato de estar investigando, nutriendo, siempre como que trato de mantener la
curiosidad para hacer lo que hago. Básicamente eso.
Bien, y si el periodista te
pregunta: ¿Qué es lo que te define a ti como artista?
M.M.:
La convicción… definitivamente.
Una artista con convicción, ¿qué
significa para ti?
M.M.:
Una persona que sabe lo que quiere y lleva sus ideas, defiende sus ideas todo
el tiempo, a pesar que pasen cosas malas, o las cosas no se den cómo uno
quiere; y, que siempre está todo el
tiempo o proponiendo o generando y creando continuamente, ¿no?, no quedarse en
el molde.
¿Cómo empezó tu carrera?
M.M.:
Empecé en realidad… yo iba a un colegio bilingüe de doble escolaridad muy
exigente, éramos muy pocas y me iba muy bien en el colegio, todo el mundo
pensaba que iba a hacer otra cosa. En el colegio teníamos muchas actividades
extracurriculares, teníamos jazz, tap,
danza escocesas, hacíamos plays que
eran musicales, teníamos coro… A los nueve empecé, hice tap; a los trece jazz;
en la secundaría entré en el coro…
Sí,
hacía todo, hacía todas las actividades. Más o menos, ¿cómo fue? El 2000, 2001,
como que me comienza a gustar un poco más, en mi familia nunca nos incentivaron
a hacer danza; sí me incentivaron al arte, cuando era chica pintaba mucho,
porque mi abuela pinta y está dedicada a las bellas artes, íbamos a un taller,
al museo; en esa parte si me incentivaron, pero con la danza no, mi papa
siempre nos mandó a hacer deporte: jugué mucho al hockey, soy federada,
entrenaba mucho, tres veces a la semana y jugaba los sábados.
Perdón, ¿qué es federada?
M.M.:
Federada es que no jugás profesionalmente, pero participás en un torneo. Y
tienes que estar inscripta, creo que es a partir de la sexta edición que eres
federada… nada, igual es ir a pagar…
Bueno,
yo empiezo a averiguar por mi cuenta, y que como mucha idea no tenía, sólo lo
que había hecho en el colegio; cerca de mi casa estaba la escuela de Valeria
Lynch. Fui ahí y ahí empecé. Empecé a conocer a un profesor que bailaba en Chicago, en el 2001, me acuerdo que iba
a ver Chicago, era fanática de Chicago, era la obra que me definió:
Bueno yo quiero hacer esto. Y así me empecé a conocer gente y me empecé a meter.
Después me enteré que lo de Julio Bocca daban unas becas, audicioné y me dieron
una beca. Como que comencé sola, investigando.
Al
año siguiente, empezando en lo de Valeria, hay un congreso de comedia musical,
que venía Rob Ashford, un director y coreógrafo muy conocido de Broadway, que
está haciendo muchas cosas. Vienen de la universidad de Point Park a dar una
becas de curso de verano, que allá hay mucho cursos de verano, te vas por dos
meses y tomás cinco clases por día… Así que la gané, eso fue básicamente lo
que… también era muy chica, estaba por tercer año, tenía que faltar al colegio
y mis papás no querían; ¿viste?, porque estaba el riesgo de quedarme libre y me
perdía un montón de exámenes… Entonces, le preguntaron a la escuela de Valeria:
¿Y, realmente vale la pena que vaya? ¿O
es un capricho nomás? Y me fui. Y a los dos años siguientes me volvieron a dar
las becas, y me iba dos meses en invierno de aquí, en verano allá. Así empezó
todo. Las investigaciones me llevaron a hacer esto.
¿Y la beca Steps de Nueva York?
M.M.:
Steps fue… Yo en realidad termino el
colegio y empiezo a trabajar. Ahí me habían dado una beca para estudiar en la
universidad de Point Park, pero era carísimo porque aparte tenía que pagar
veinticinco mil dólares por año, y fue justo en la época del corralito, que a
mi papá le robaron bastante plata en esa época y bueno, no tenían tanta plata
para bancarme los veinticinco mil dólares por año, más la comida y todo;
entonces, decidieron rechazar la beca. Bueno, me quedo acá, ahorro hasta que
tenga plata me voy a Nueva York.
Mi
primer laburo fue en Revista Nacional, primer
laburo profesional, en el Ópera. Bueno, hice un montón de musicales, había
hecho Víctor Victoria, Disney, en Disney hice de Esmeralda, estuve en el programa de Diego Maradona, La noche del diez… ¿Qué más hice?, un
baile con Thalía, Cabaret. Creo que
fue hasta el año de Cabaret que dije:
Bueno, hasta acá llego. Ya había laburado mucho, como que sentía, o sea, me
había ido bárbaro pero yo quería crecer; sentía que acá un poco… necesitaba
como un cambio. Audiciono para la Beca Steps
de Nueva York; bueno, ahí me dieron la beca y me fui un año y medio.
Al
volver, empezaron a salir muchos laburos, que estuvo bueno porque fue volcar todo lo que había aprendido, también quise
enfocarme más y trabajar en cine o en tele, que es muy difícil acá en
Argentino, porque eso se maneja nomás con representantes, no te enterás de los
casting, en cambio en teatro es mucha más abierto y el talento lo ves arriba
del escenario, en cambio la tele es más difícil, es una cuestión más de conocer
gente.
Hice
un par de bolos, y una película, que se estrena ahora, una película europea.
¿Cómo se llama?
M.M.:
Body Language, es una onda… viste
¿step up de Disney? Yo era la mala de la película, la que me peleaba con la
protagonista, tenía al mejor bailarín, se creía mucho, era hija de diplomático…
¿viste? Era muy infantil. Estuvo muy bueno lo de la película, fue una
experiencia que me cambió mucho, era la primera vez que hacía escena, aparte
que tuve seis escenas, que no es mucho, pero aprendí mucho.
Hablemos de influencia, de
inspiración…
M.M.:
En general siempre hay muchas personas… en general, eso es lo que me pasa,
tengo un problema, siempre todo lo que veo todo me inspira. Cuando veo algo,
ay, quiero hacer esto. Muchas cosas, si te tengo que decir, por ejemplo
coreografía, a quien le sigo la línea es a Wade Robson, un chico multifacético,
que me identifico mucho con eso, multifacética, como que hago varias cosas.
Wade fue quien dirigió un show de Britney Spears a los diecinueve años, ahora
es coreógrafo del Cirque du Soleil.
Es bastante amplio lo que hace, y lo que me gusta es que lo que tiene sus
coreografías es que tienen un concepto, algo que les identifica y dices este
paso es de Wade, pero lo que me llama la atención es la esencia, como lo cuenta.
Me
pasa ahora que a mí me gustaría dirigir shows más conceptuales, tipo Cirque du Soleil, pero sé que este es el
momento de ver, hacer, trabajar mucho. Ahora escribí un corto y un amigo lo va
a dirigir en donde voy a actuar, pero no me meto a full a eso porque sé que lo
haré más adelante. Como dije, recibir y nutrirme. Aprendo muy rápido, gracias a
eso me fue muy bien.
En
Argentina es muy difícil que de un protagónico si no sos famosa, quiero hacer
otras cosas, siento que acá tengo un
techo pero de posibilidades, no hay muchas posibilidades, con esto de Showmatch que nos abarca todo los
horarios y las tiras no funciona la gente no va al teatro.
Pero, ¿tú no participaste…?
M.M.:
Sí, sí, yo trabajé, yo hice con Lorenzo lamas, también tenía que traducir, en
el aire, nadie hablaba inglés.
¿Con esa experiencia, cómo te fue?
M.M.:
Un buen laburo… La verdad que le tenía mucho prejuicio, siempre como que apunté
a otra cosa, pero apareció, dije bueno vamos
a probar y después vemos.
¿Se cumplió el sueño?
M.M.:
No, ya no son más soñadoras, ellos contratan bailarines y le ponen un sueño. No
es que yo voy y digo: ay, quiero que tal fundación… no, te ponen un sueño…
Igual estuve muy poco, porque Lorenzo (Lamas) venía por pocas semanas. Ahí
adentro me trataron muy bien, es un buen laburo, da laburo a mucha gente… La
verdad fue una buena experiencia y duró lo que tenía que durar; este año
también me llamaron y no quise, por mis otros proyectos, y no es lo que quiero,
no es un lugar para mí.
Trabajaste varias obras a lo que
llaman cooperativa, o como quien dicen a pulmón… entre ellas Ninfas…
M.M.:
Estaba muy bueno, fue el 2006, otro a pulmón… era un espectáculo de danza de
diferentes cuadros que mostraban diferentes etapas de la mujer, con música
electrónica; estuvo muy bueno, tenía veinte años, y fue la primera vez que me
ayudaron a componer el personaje. Ensayamos dos meses, pero dos meses así a
full. Por general todo espectáculo que hago en cooperativa me llevo buena
experiencia y aprendo mucho, en la compañía también.
Yo
estoy en una compañía que se llama Proyecto
dos que lo dirigía Alejandro Ibarra, el año pasado hicimos una obra que se
llamaba Surmenage a trois; que eran
tres obras, todo contado a través de la danza. Este año hicimos Feliz… No, en estos espectáculos uno
labura mucho, da mucho y aprende mucho.
En
cambio en comedia musical te da un paquete y en realidad no te laburan mucho
las actuaciones. Tampoco funcionan mucho, encima que hay que comprarlo en
dólares (los derechos) la gente no va a ver comedias musicales, no hay muchos
famosos que las puedan hacer; una cosa es hacer una obra de teatro que pueden
actuar bien o mal, pero los ponés a cantar y no pueden cantar, los pones a
mover y no saben…
Bueno,
lo que falla también con la gente de comedia musical es que no sabe actuar.
¿En el cine, qué es lo que te llama
la atención?
M.M.:
Me paso que estaba buscando algo distinto que el teatro no me estaba dando.
Empecé a buscar cine, televisión, lo que sea. Apareció lo de la película… me
paso que, en cine hablé mucho con el director, me hizo escribir la historia de
mi personaje, y empecé a leer el guión y en base a eso empecé a escribir mi
historia.
Lo
que más me gustaba era que construía mi personaje, pero todos los días debía
rodar o grabar cosas distintas y eso me divierto. Me pasa que con el teatro una
vez que se estrena es como una rutina, el cine era una cosa diferente y me
sentía que mi cabeza estaba ahí, estaba metida, jugaba, como que me sentía que estaba
en acción. Puedes crear un personaje pero todos los días tienes una situación
nueva… yo soy de aburrirme con las cosas, me mantenía de humor. No sé, por mi
expresión, por mi forma de ser funciono mejor como producto en el cine que en
el teatro.
Me llama la atención funcionar como
producto…
M.M.:
Un poco los artistas son un producto. Al jugar como que todo se desarrollaba
solo, ¿me entendés? Era, acción y ya estabas ahí y empezabas a jugar con lo que
pasaba. Te dejás sorprender por el vacío y haber que pasa, esas cosas que
funcionan.
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