28 ago 2010

EL HOMBRE DE AL LADO


MANIFIESTO VISUAL


Sinopsis:


“El Hombre De Al Lado” narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de autos usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí empieza el problema: cada uno toma conciencia de la existencia del otro. La mirada del extraño corroe y pone en entredicho una vida aparentemente normal, y abre la puerta a los miedos, a las miserias y a las actitudes más viles.



“El Hombre De Al Lado” es un diseño visual de mucha magnitud, es una película que inquieta desde el principio. “El Hombre De Al Lado” es una película que habla dede la estética de fragmentación, provoca sobresaltos, va construyendose visualmente al mismo modo que fracciona los sentidos de observación; va componiendose sonoramente al mismo modo que deconstruye la narración



“El Hombre De Al Lado” bajo la dirección de Mariano Cohn y Gastón Duprat propone una aguda observación sobre dos personajes que son opuestos Construyen un manifiesto visual exponiendo la fragmentación, la refractación, la reflexión de lo peor de Leonardo a causa de Víctor. Ese logro está exhibido de manera visual, con planos muy cercanos, cerrados, enmarcados, nada concretos, con uso de reflejos y refracciones.



Todo comienza con un problema concreto: La construcción de una ventana frente a otra। Desde ese hecho, Leonardo que cree va a ser observado completamente por Víctor; ahí comienza la introspección de todas sus miserias, mostrándonos, como si fuera una ventana indiscreta, que sólo ha triunfado en lo económico y lo profesional. Carece de sentido, de amor, de comunicación. Leonardo hace todo a lo que tiene miedo que Víctor pueda hacerle.



No llegamos a ver completamente al personaje de Leonardo pero si a Víctor, pero sólo a través de Leonardo. Las interpretaciones son muy honestas, orgánicas, de mucho juego y matices. No sólo hablo de Rafael Spregelburd y Daniel Aráoz. Hay un trabajo sobre la dirección de actores que está presente en toda la película, buscando la frescura de lo organíco y de lo cotidiano. Para verla, para disfrutarla.



Estreno simultáneo en Rosario, La Plata, Córdoba y Buenos Aires el 2 de septiembre.

Ficha técnica:


Título en español: El hombre de al lado

Título en inglés: The man next door

Duración:103 minutos

Producción ejecutiva: María Belén de La Torre

Asistencia de dirección: Diego Bliffeld

Montaje y Cámaras: Jerónimo Carranza

Guión Original: Andrés Duprat

Música Original: Sergio Pángaro

Dirección: Mariano Cohn y Gastón Duprat

Producción General: Fernando Sokolowicz.

26 ago 2010

A LAS DE ENTREPISO

“Del amor y las ganas de trabajar... nada más...”

“Hay laburo como apuesta”



Un viernes de agosto, algunas horas antes para que las entrevistadas salgan a trabajar, realizamos la la conversación en el acogedor departamento de una de ellas. Entre risas, entre presentaciones, entre mates, budín, galletas y risas hicimos la entrevista a Pilar Murano (P.M.), Belén Fernández (B.F.) y Micaela Fariña (M.F.).

Este es el diálogo con una de las actrices, la asistente y la directora de la obra de teatro: Entrepiso: http://neposandkuhl.blogspot.com/2010/08/entrepiso.html



N.S. Me gustaría que se presenten, ¿si pudiesen definirse cómo lo harían?

P.M: Yo soy Pilar Murano y soy actriz.

B.F: Yo soy Belén Fernández y también soy actriz basicamente; y, todo lo que tenga que ver con teatro me interesa.

M.F: Bueno, yo soy Mica, soy actriz, directora y cantante, también se podría decir. Todo lo que tenga que ver con el arte me suma, me llama la atención y quiero investigar.


N.S. Por el momento,¿qué libro, película, revista y música le encantó o le llama la atención?, ¿por qué?

P.M. No leo mucho teatro, ma gusta más la forma novelera para leer. Y de teatro me gusta todo lo que está ahora, esta nueva tendencia, fui a ver todas las obras de Tolcachir. Me encanta.

B.F. Me gusta un poco de todo. Me custa mucho decirte que me gusta. Ahora me encuentré con Dalmaroni que yo no lo conocía. Justo ahora hay dos obras en cartel. Me llegó el libro por casualidad...

P.M. También está “Maté a un tipo”.

B.F. Ah, ¿también?

P.M. Sí

B.F. Bueno, como de golpe me encontré con ese tipo de dramaturgia. Me encantó el humor que maneja, el humor negro; fue como de las pocas cosas que de pronto la leí y me encontré riendome sola en voz alta en mi casa; así que como estoy emocionado con eso. Leo de todo. Hace poco leí “El Pasado de Alan Pauls. Me gusta leer desde teatro, novela, autoayuda, agarro lo que venga y lo leo; algo voy a encontrar que me guste Para ver, soy poca crítica, es raro encontrar una obra que no me guste. Siempre hay algo que me guste de la obra, siempre va a ver algo que aprender. Soy autocrítica con eso. “La nueva moda”si se podría llamar ahora al teatro que me gusta, me gusta eso como naturalismo, de historias de familias, de historias más normales, menos rebuscadas; también el teatro visual.

M.F: Yo la verdad no leo demasiado, debería leer más. Si soy como más fana de ir a ver mucho teatro. Si tengo tiempo libre... y diner,o claro voy a ver eso. Soy poca crítica al igual que Belén, si considero que hay realmente trabajo, según el criterio de cada uno, claro, soy buena espectadora de eso; saber serparar si hay laburo, Hay muchísimo teatro y hay obras que lo hicieron con nada pero no hicieron con una apuesta, no arriesgaron. Pero cuando uno ve que hay laburo y hay apuesta generalmente me gusta mucho todo eso. Así como directores me gusta muchísimo Veronese, Tolcachir, me gusta mucho todo lo que hace Catalán quien fue una de las personas que despertó en mí las ganas de dirigir, por su mirada, puedo decir que es una de las personas que me influyó mucho. Chavez, todas sus obras que ví... tremendas todas ellas. Me gusta mucho ver teatro.


N.S. ¿Su estética de trabajo cómo la define?

M.F. Yo lo que pienso es que uno intuitivamente va para el lado que como tiene ganas de hacer. Yo por ejemplo, hoy tengo ganas de hacer esto. Inmediatmente se arma un mundo de ficción que te atrapa y que se teatraliza inmediatamente, más allá de que sea real. Tiene ese doble sentido, nada es lo mismo en escena. Por algo está puesto en escena. Son historias de las cuales uno se puede identificar, que siempre están inyectadas de lo normal. "Entrepiso" está más inyectado de lo que en realidad podría ser, está ya a un extremo. Hoy, como inquietud personal es encontrar lo teatral en lo cotidiano del día a día; lo teatral en un ascensor, que puede haber de interesante ahí.

P.M. Muchas veces uno dice cuando estás viendo una obra está muy teatralizado. Si te ponés a observar en la vida cotidiana, las situaciones son mucho más teatrales en la vida cotidiana; o personajes mucho más exagerados.

M.F. De hecho sucedió que hay personas que se sintieron reflejadas con los personajes de Entrepiso Salió: “Sí, sí, a me me sucedió lo mismo” Uno creía que estaba tan alejada de la realidad finalmente no lo es.


N.S. A la hora de abordar el trabajo, ¿se plantean la forma que va a tener?

P.M. Creo que no nos plateamos la forma de que tiene que ser. Es real que uno viene con una escuela. Nosotros nos formamos con una fuerte base de clown y por ahí es inevitable que pongamos eso.

M.F. En Entrepiso lo que sucedió es que cada una haga lo que realmente tenga ganas de hacer. Veníamos mucho con la técnica Leqoc Hay algo de eso, pero en “Entrepiso” está más encubierto ese truco, digamos. todo de la escuela y está más lo que queríamos hacer.

P.M. A mí como actriz lo que me paso es de sentirme más desnuda, más encubierta. Lo que ocurre en el clown o en ese tipo de técnica uno está cubierto por algo muy payasesco. Acá pasaba más por otro lado. Trabajar desde un lugar... No sé si Interna es la palabra... Más real, ¿qué me podría pasar en esta situación? No creo que la búsqueda no fue ¿Qué pasaría si a este bichito hace esto? No. Yo como mina, ¿qué me pasa acá?

M.F. Hay un punto de comparación. Digamos “Cora es una mujer de 28 años”. Hace que el vínvulo sea más cercano, que no sea yo, pero que Cora tiene algo de una mina que puedo encontrármela en cualquier lugar, puede hacer algo que hago, es más cercano todavía; el desafío están en que no sea yo pero sin embargo tiene cosas mías. En cambio en el clown es muy distinto el encare, es desde otro lugar. La gente que ha venido a ver se les hace muy natural, muy posible. Cada cosa que hacen está como pensada, como ensayada, y es muy difícil creer que todo eso parezca un accidente, parezca natural. Es un mérito de la chicas, de las actrices haber logrado eso, descifrar muy naturalmente eso.


N.S. Empezamos a hablar de “Entrepiso” en general. ¿Cómo es el primer encuentro antes de ir a la sala de ensayo?

P.M. Es más de lo que te decíamos antes. Veníamos de trabajar con el grupo de la facultad que éramos doce. El proyecto surgió de las ganas de trabajar con Pau y Mica juntas. ¿Nos juntamos? Sí. Bueno, algo relajado, a ver que pasa. Fue eso, las ganas de trabajar juntas.

M.F. De hecho fue lanzarnos directamente a la pileta, porque ellas arriesgaban porque yo nunca había dirigido.


N.S. ¿Es la primera obra que diriges?

M.F. Sí... Sí, es la primera que dirijo; tengo dos obras en cartel pero la otra tiene otro contexto, está supervisada, contiene otra realidad. “Entrepiso” era sola con ellas dos. Siempre nos encontrábamos como actrices las tres juntas. Desde poner un grabador y tener el criterio de: “Che, esto va, esto no”. Nos lanzamos desde amor y las ganas de trabajar, de hacer algo juntas y nada más. El único estímulo era: “Che, hagamos algo juntas” y el resto va. Y eso fue como el motor principal de “Entrepiso” y el resto se dio. Y más en el teatro de argentina que se paga, que haya un subsidio a los grupos, no existe nada de eso; entonces, primero las ganas y desde la pasión también; a mi lo que me ha pasado particularmente es que yo las admiro como actrices a cada una de ellas, soy fana, soy fanática, me gusta lo que hacen, soy la primer fanática porque siempre me gustó lo que hacen. Todo eso, articulo algo, ir más rápido, nos comprendíamos, la confianza ya estaba ganada. Creo que en “Entrepiso” se ve un trabajo que venimos haciendo desde varios años.


N.S. El primer encuentro, en el lugar de ensayo, ¿cómo fue?

M.F. ¿El primer ensayo?


N.S. Sí.

P.M. Vamos, tomamos un mate y empezamos. Mica puso música, empezamos a caminar a movernos en el espacio, a relajarnos. Mica nos daba estímulos. La primera premisa fue quedarnos con la sensación de ese estímulo. A partir de ahí aparecía un minipersonaje, empezar a interactuar, surgían miles de situaciones, cuando Mica creía que pasaba algo, insistía en eso.

M.F. Sí, me acuerdo del primer ensayo, que fuimos a un lugar. El tener que ir a una sala para ensayar ya organizó. Para empezar hay que ir a tal hora de tal hora, y esto se paga. Inmediatamente nos poníamos a trabajar. Veamos a ver que sale. Y grabamos todo. De esas primeras grabaziones, de esas pequeñas improvisaciones, en medio de la nada salió el ascensor. No es que dijimos: “Che probemos ahora que estén en un ascensor”. Ya el personaje de Paula (Lara) empezaba a aparecer. En un momento salían del lugar ficcional que estaban armando, salen y se metían en un ascensor. El ascensor era muy chiquito y eso duró dos minutos. Cortamos ahí, porque ya era la hora. “Che, ¿un ascensor puede ser?” “No, no”. Ellas no querían ascensor y yo quería ascensor. Al otro ensayo, al otro día, creo que teníamos como días seguidos. Les hice improvisar todo en un lugar que había en la sala como más chiquito. Y era estar. El trabajo ese fue estar. Si se toleraba el hecho de estar sin salir de un lugar.



N.S. Al vacío...

M.F. Al vacío. Y ese ensayo de hecho fue como revelador, ya que salió muchas cosas que hoy están. Que nos divertimos mucho. Sobre todo eso, además de las ganas uno se tiene que divertir. Yo me mato de risa en los ensayos, no puedo pararme de reír, y eso, por momentos juegan en contra porque ellas se tientan porque... no sé como explicarlo...

P.M. Tan verdadero.

M.F. Tan verdadero que te causa gracias, y ese día salió lo del ascensor. Dos horas y todo lo que hacían a mi me atrapaba... Y luego seguimos sobre ese espacio. Tuvimos improvisaciones de dos horas de hora y media que no hablaban. Era, estaban, mirarse. Una hora que no se decía nada y capaz aparecía algo. Era de estar. Y si ves la obra están todo el tiempo al palo, no hay un tiempo de silencio, pero creo que todo fue eso necesario para ver... bueno...


N.S. El vínculo de los personajes...

P.M. Eso fue caprichosamente una elección de la directora... la relación entre ellos. Mi personaje (Cora), creo, salió más en función del de Paula, porque Paula (Lara) encontró primero eso de ser insoportable, entonces trabajé desde la no tolerancia. Como ella fue bastante insoportable enseguida tomé el rol de...

M.F. Del antihéroe. Del otro

P.M. Claro. De estar en un papel más amargo. De hecho, si vos preguntás a alguien que nos conoce y les contás como son los personajes nos hubieran dado los personajes al revés.

M.F. Si, igual creo que hay algo de la decisión... también mucho se arma de bajar el pensamientos, por ejemplo: de esta charla me queda mucho como conclusiones de trabajo. Entonces con eso, tuvimos charlas muy casuales, yo me acuerdo que ella me dijo: “No para mí, mi personaje, para no decirlo, la pasa esto, tiene esta historia”... Me acuerdo...

P.M. Sí, yo hablaba de la relación...

M.F. Eso, por ejemplo fue una decisión de ella. “Yo creo que mi personaje...” “Ah, bueno, puede ser”. Al otro ensayo inmediatamente se probó. Se generó todo para que ella pueda probar. Había algo que intuitivamente ella construye de decir: “Bueno, ¿por qué le cuesta abrirse? Lo mismo con el vínculo, por algo tiene que estar ahí.

P.M. El vínculo que tenemos Paula y yo... fue tuyo.

M.F. Sí, sí, lo que quiero decir es que podría ser otras posibilidades, pensar en otras circunstanacias donde el ascensor simplemente funcionen y sigan el camino.

P.M. Que sólo sea una anécdota.

M.F. Otra anécdota que no estaría mal, pero sería otro cuento. Pero en lo personal me gustaba efecto sorpresa, si me gustaba que algo oculto atravesara la obra, que no sea develado en el principio o en el medio.

P.M. No caer en el “no pasa nada” a mí me pasa mucho cuando voy a ver teatro.

M.F. Hay una tendencia nueva hoy que el desafío es estar. Es un súperdesafío, lo sabemos. Pero en lo personal si me gusta que esté este efecto shock. Que sea...

P.M. Bife.

M.F. Bife.


N.S. ¿Cómo cayó el nombre de Cora y de Lara?

P.M. Mica nos hace hacer en la improvisación de nombrarr al otro desde la primera intuición, llamarla por el nombre y decís su nombre.


N.S. Mica los bautizó?

P.M. No, los puse yo.

M.F. Viste que al principio de todo, se queda parado el ascensor, que Lara está gritando desesperada para que vengan a abrir. Entonce ella (Cora) va tirando nombres; en esa improvisación fue así y le dije a Paula: “Bueno, hasta que a vos no te diga un nombre que a vos te gusta, seguís gritando”. Bueno, en una tiró Lara y a la otra le gustó y de ahí activo. De hecho el nombre de “Entrepiso” lo puso Pili, es buena para los nombres. Yo decía “Ascensor, ascensor”

P.M. No, no es muy básico. “¿De qué trata? Una obra de teatro de un ascensor.”


N.S. Entrando a la dramaturgia. ¿Cómo definían esto entra, esto no, esta ya es demasiado?

P.M. Cuando decimos que la dramaturgia es de las tres... Yo creo que tuvo una participación mucha más grande Mica, porque de alguna manera ella desde afuera nos plantea una situación; nosotros le ponemos palabras a la situación que fue de ella. Después ella decide, ordena... Parece que estamos medio robando... Pero es así, por ahí uno pone las palabras, pero el título, las ideas las cosas que decía; después graba, desgraba. También decide, esto resulta, esto no.

M.F. Sé lo que iba pasando después. Uno que está afuera ve cosas que uno que está actuando no. A mi me pasa cuando actúo. Sí, desgrabamos y es realmente como un rompecabezas que tengo archivos anotados, momentos copados, hablar de esto, cuando esto estaba así, momentos que me gustó... De ahí, muy caprichoso puzle esto puede ir con esto así, así, azá. Sacar la primera hipótesis, de la hipótesis yo me acuerdo mostrárselas, bueno, a ver ésto. Lo leían. Volvíamos a hacer la escena como leyéndola. Como había pasado la escena tantas veces había material que empezaba a repetir. ¿Qué convienen que digan?

P.M. De hecho hubo escenas que cambiamos a fin de años.

M.F. Lo bueno de hacerlo cada uno, realmente puedes cambiar a...

P.M. ... conveniencia...

M.F. A conveniencia total. Para mí lo que tienen ellas, es que al hacer de cero los personajes, puede saber más de que manera hablaría el personaje. “Falta que diga algo del tono de este estilo...” “Bueno, bueno, lo pruebo”. Finalmente las que ponen las palabras justas son ellas. Por supuesto que teníamos nuestra apuntadora ahí fiel, que se hizo que se respete.

P.M. Mano dura, mano dura.

M.F. Bueno, porque el texto se hizo tan cotidiano, tan posible, es como palabras que hoy usamos, que se empezar a complicar en la tapa final. En enero lo hicimos en Mar de Plata, diciembre queríamos hacer un working progress del trabajo que estábamos haciendo. Llegamos a esa instancias... teníamos todo el texto, pero problemas aprendérselo porque es muy cotidiano y está todo al palo.

P.M. Mica es muy exigente con la letra.

M.F. Quieras o no, organiza para mí eso. Me pasaba que capaz de marcar situaciones y te das cuenta que ese texto no existe o resulta que ese texto es mejor que el otro. Llega un momento que hay como que concretar o sino..

P.M. Limpiar, a hacer las respuestas... Por ejemplo una de las respuestas era “No, bueno, ¿qué te parece?” Entonces Mica te soplaba: “El no de adelante no está en el texto, no lo dijo, queda bien, pero no es” es “Bueno, ¿qué te parece?”. Uno va mechando...

M.F. Lo que pasa es que uno replica demasiado. Como si tuvieras que afirmar lo que el otro dice. Como por ejemplo: “¿Me dás el mate?” “¿Qué te dé el mate?”. Digo, no es necesario como volvera decir que te de el mate, ya el público lo entendió. No hay que subestimar al público, el público es muy inteligente. Y uno tiene que ir más rápido que el público. No es necesario que suene a un bis... para mí. Está bueno tener conciencia de eso. Cuando estamos viendo teatro, el público está ansioso por ver, por entender, por creer, entonces hay un valor extra. Hay que tener cuidado de sorprenderlo y estar como vivo.

P.M. Las preguntas que nos hace el público, el púlico más cercano que son nuestras familias, nuestros amigos no hacen preguntas que yo no me las hice, “no se por qué me están preguntando eso.” Por ejemplo: “¿Por qué no escucha nadie de afuera?” “Y ¿qué quieres que te diga?” Hay cosas que no tienen respuestas.


N.S. Pero se plantearon ¿de dónde venían y a dónde iban?

M.F. Sí...

P.M. ¿Los personajes?


N.S. Sí

P.M. Sí, sí.. de hecho está explicado en la misma obra.

M.F. Sí, sí, eso sí. Ahí ya fue cuando ella (Belén, la asistente) se unió al equipo para hacer lo del texto para que se muy preciso. Respetar ya lo que es. Afirmar lo que es. Es esto y a por ello.

B.F. Fue limpiar. Como tener algo estructurado. Agregar un palabra, o una palabra más o una menos hace que el chiste no se entienda; o que no tenga el mismo peso. Si te contesto de tal manera, con estas dos palabras, genera al otro una respuesta con un beso. No es lo mismo que la rellenes con un montón de cosas. En ese sentido es de limpiar el texto, que ayuda a la escena, no por caprichosa.


N.S. ¿La música cómo se fue dando?

M.F. Casi desde el principio que se dio la idea del ascensor ya usábamos música, es la música que usamos para recibir a la gente de hecho. Hacíamos sí, los de los apaganos, lo que hacíamos en el inicio, eso si se ve. Sí, sabíamo que tenía música. Estábamos con muchas cosas, la escenografía, el vestuario, todo previo al estreno. La música nos falataba. “Bueno, chicas, no nos vamos a preocupar por esto, nos vamos a preocupar por actuar, por hacerlo bien” “Sí, sí, dale, dale”. A la semana, justo conocí a Agustín Flores Muñoz, que yo trabajo en un lugar que soy asistente y él fue a hacer la música de una muestra que estamos por hacer. Y me gustó inmediatamente lo que hizo, me pareció como sencillo y que comprendió rápidamente lo que se necesitaba para eso. Ahí lo llamé. “Che, mira estoy haciendo algo”. La vino a ver. “Mira estamos usando esta música, necesito que dure estos compases, acá haya apagón, ellas hacen esto” Ya había algo organizado.

P.M. Hacíamos los flashes con otra música.

M.F. Hacíamos con otra música, pero ya sabíamos que había 20 movimientos por decirte. “Bueno, acá uno enciende, se apaga, se enciende, se apaga, este momento dura el doble que este”. Ya teníamos el tiempo organizado. Y lo únicop que le dije, es que eso es lo que estamos usando, quiero que tenga un sonido de un ascensor al principio. Y él agarro su guitarra e hizo “piqui, piqui”. Inmediatamente lo entendió. Ya después era como repetir, la última que tuviera otro toque, otra densidad. Hemos tenido mucha suerte con la gente que hemos trabajado también.