27 mar 2009

OCUTBRE UN BLANCO EN ESCENA


Mecanismo: Nada



“Ocubre un blanco en escena” me parece que es una apuesta muy bien jugada. ¿Cuál es el mecanismo de funcionamiento que hace orgánica la obra? Corte, repetición y ensayo, no, no lo creo. ¿Crítica, hipótesis del espejo, la teatralidad? ¿Qué es ser artista? Muy usado.



“Octubre un blanco en escena” es una idea de Luis Biasotto, además que la dirige y la actúa... ¿Hay narcisismo? No lo sé. Lo que si sé, es que hay tres actrices... en el principio; hay juegos escénicos, en los ensayos-presentaciones; las intervenciones, las situaciones, los hechos que se crean y se cortan, la idea de la no construcción de algo que se entienda; la idea de no cerrar, pero se cierra. Hipótesis y más hipótesis. Un mundo de juego, un mundo de imaginación y de la no creación. Un mundo que te presentan sin que exista el mundo de la obra, porque ese es su mundo... es algo complicado... pero está ahí, y es orgánico... en su mecanismo de funcionamiento, no puede ser concebida de otra manera.



Mucha entrega, mucho compromiso, mucho juego, mucho desnudo del interior de cada uno, demasiado abuso de juego, de fraternidad; interminables contiendas filosóficas; buen baile, excelente manejo de los cuerpos, de los espacios, muy buena la iluminación, muy buen perfomance desde la música, desde los bailarines, desde las actuaciones, desde el público.... Hay mucha entrega, hay mucha diversión... pero todo está bien medido... ¿suena extraño, no?



Un excelente trabajo como texto espectacular, una buena lección de hacer artes escénica, o un buen argumento para relajarse e ir a disfrutar una buena obra... Esto es “Octubre un blanco en escena” donde el último toque de la obra es la firma del público, por así decirlo.



“Octubre un balnco en escena” está los jueves a las 21:00 en el Centro Cultural de la Cooperación, Avenida Corrientes 1543, teléfono 5077-8077.

ES OTOÑO, ES DOMINGO ES DE NOCHE...


Simplemente en otoño



Historias paralelas, situaciones en silencio, lo cotidiano como puesta en escena, finales de historias de amor, bailes, comienzos de nuevas experiencias, etc, etc; son los mecanismo que fusionan y funciona en “Es otoño(...)” cuya dramaturgia y dirección pertenece a Emanuel Zaldua.



Sí, la propuesta no es nada nueva, ni tampoco el mecanismo de funcionamiento, pero las actuaciones de Maia Orihuela, Malena Medici, Ignacio Gauna Alsina, Dina Fisher, Julián Feleman y Antonio Brea son muy sólidas, muy concretas y sobre todo cotidianas. Es un trabajo que representan la cotidianidad de una manera teatral que es interesante de verla.



Hay una especie de juego de contar las anécdotas, pero no son narradas, están transitadas por los actores; no son descritas sino que están compuestas por los personajes y creadas por el espacio virtual que ellos mismos utilizan.



“Es otoño (...)” está los domingos a las 20:00, en el Espacio Cultural Pata de Ganso, Pasaje Zelaya 3122, teléfono 4862-0209.

POTESTAD


Un silla, la tortura


“Potestad describe la mente torturada de un hombre disléxico, su sufrimiento como padre al que le han robado la hija y no quiere reconocer la verdadera memoria, porque no lo soport. Como no es capaz de producir un cambio, vive contándose una historia, la del dolor de haberla perdido.”



Esas palabras nos entregan desde el texto de Eduardo Pavlovsky, aunque creo que hay mucho más donde explorar, donde hay capas y cada uno las descubre. Y, la propuesta de Alejandro Genes sigue con este espíritu, donde cada uno nos hacemos la idea personal de nuestros torturadores.



La interpretación, como el espacio, el ambiente, la atmósfera y el clima que muestran en la obra tienen una justa medida dentro de lo que explicitan; es decir, mantienen una línea y una coherencia de puesta y propuesta escénica, no cambian, no traicionan y la defienden hasta el último momento pero en escena. Donde todo parece blanco, perfecto e inmaculado...



Carlos Miceli construye un personaje muy emotivo, cayendo a lo exagerado para mi gusto, pero muy funcional a lo que proponen, con una buena interpretación y una solidez en las palabras como en las acciones internas que se nutre para que puedan llegar al espectador. Y como les llega...



Pese que no fue de mi gusto, la obra “Potestad” está muy bien hecha, con un buen trabajo que se nota que hay oficio en todos los involucrados. Así que pueden encontrarse con “una mente torturada por una pérdida” los domingos a las 18:00 en La Tertulia, Gallo 826, teléfono 6327-0303

“CRIMINAL”


Las transferencias intransferibles


“Criminal”, cuyo autor es Javier Daulte, es puesta en escena por Marcelo Velázquez y producida por “la Muda compañía de teatro”. La propuesta en especial que tiene esta pieza teatral es el espacio, o el juego y la creación de ella sin necesidad de tanta parafarnalia.



El espacio es transformado desde una especie de efecto de extrañamiento o, de distanciador, (“efecto brechtiano”, sin entrar a la polémica sólo utilizo para denominarlo) donde la ruptura y la creación están dadas por los actores, haciéndonos notar que están juntos, uno al lado del otro, que a veces se rozan; pero en la historia están en diferentess lugares y diferentes tiempos. Este me parece que es la mejor propuesta de esta puesta en escena Criminal, hasta tal vez la más claras.



Las acciones y los impulsos de los personajes están en juego desde la construcción de ciertos arquetipos, hasta tal vez me atrevería a decir desde ciertos estados; no hay una búsqueda concreta del sentido, de la urgencia de las situaciones, dentro del marco de código de actuación que propusieron que es muy realista. Hay momentos y situaciones donde se destacan Eduardo Narvay y Luis Dartiguelongue.



“Criminal” está los sábados a las 21:30 en Del Borde espacio teatral, Chile 630, teléfono 4300-6201.

24 mar 2009

más sobre LUCY TOCA FONDO


Lucy se toca, yo me toco, vosotros os tocais.

K.Ese.Escoria


Alguna vez vi un disco de Miguel Bosé, que se llamaba 12 maneras de ponerse un sombrero. En el cuadernillo que venía con el disco, el cantante tenía el sombrero en diversas posiciones y situaciones (algunas muy malas por cierto). Esta obra debió llamarse “150 maneras para una masturbación femenina eficaz, datos y consejos”.



La obra comienza con ella frotándose contra un sillón. Luego de nuevo contra una muñeca, luego contra un palo, luego contra sus manos, luego contra su pie (no sé como se lograría esto), luego contra el público (si está casado no vaya a primera fila), luego contra todo lo que encuentra alrededor (sillas, ventanas, paredes, la gente de escenografía, la radio, la directora, el techo del teatro, el piso del teatro ubicado a 10 cuadras de ahí). Para el momento en que acabó la obra, ella acabó 150 veces (if you know what i mean).



Y bueno, de ahí para atrás o para adelante (ahora hablo de la obra como estructura artística, por si acaso) no pasó mucho más. Se declaró enferma mental, jugó con sus barbies (no de la manera más infantil que puedan imaginar) y le hizo la paja a un cura (así como suena).



La obra concluyó de una manera ambigua en la que la actriz sintió una revelación (la única vez en la obra que no era un orgasmo, aunque no lo sabemos con certeza) y decidió vivir tocándose feliz hasta el final de sus días.



Creo haber correspondido a la crudeza de lo que vi, con mi crítica. Las cosas como son nomás. Yo me pajeo, tú te pajeas, vosotros os pajeais y a otra cosa mariposa.

LUCY TOCA FONDO


Lucy es valiente

Kevin Quitapenas


Considero que es necesaria una valentía muy notable, para escribir una propuesta como esta, que resalta y casi hace una apología a la masturbación femenina. Tema que parece taboo en nuestras sociedades. Considero una doble valentía el interpretar el texto, con una propuesta claramente enmarcada en lo sexual. Donde no hay paso a la sutileza, sino al crudo movimiento, al crudo roce y al crudo placer.



Si juntamos ambas valentías, el trabajo tiene un valor agregado muy interesante, que puede como no puede gustar, puede perturbar, puede molestar, sin embargo ¿para qué sino se haría una propuesta así? Lucy toca fondo y seguramente el espectador tocará algo y no podrá evitar lanzar criterios y juicios de valor que no vayan en el marco de la temática de la obra, que es lo que más se estampa en quien la ve.



Sin embargo, creo que es necesario todavía un poco de rigor en la escena. Mucha más ironía y Patrizia Camponovo todavía tiene muchos recursos que se nota que se guarda, le aconsejo que no lo haga, que se la juegue el todo por el todo. Por momentos se tocaba y no se tocaba, por momentos decía el texto y aparecía un dejo de vergüenza, de querer que acabe rápido. Estos puntos pueden ser trabajados y pulidos, es posible todavía arrojar la daga al espectador y esperar, esperar, esperar hasta que sangre.



Una valiente propuesta, que ustedes pueden ver en el Teatro el Poccolino, ubicado en Fitz Roy 1056-Palermo Holyywood. Los jueves a las 22:00hrs.


Más sobre ACASSUSO


Acassuso


K. Ese Escoria


Me veía al espejo y me preguntaba cómo podría escribir una crítica de la obra Acassuso. “¿Tiene que ser crítica?” consulté a Nepo, el amable administrador del blog “¿no puede ser un poemita o un ensayo acerca de las nuevas tendencias europeas en la educación laica?” luego de recibir un librazo en el ojo, me puse a pensar que tal vez la mejor manera, para mí, de hacer algo así como “crítica” era pasando por los personajes, por lo tanto, actrices y actores de la obra que vi.



Como el programa de mano no me ayudó en lo absoluto, puesto que pusieron una lista de nombres (parece una lista de colegio) y ninguna especificación de quien es quien (asumo que son muy famosas todas), tuve que recurrir a mi frágil memoria para describir un poco la sensación que me produjo la obra.



Una recepcionista, secretaria, perfecta en su demencia, posible asesina en potencia, muy convincente y con un peinado que me hizo recuerdo a la secretaria de mi colegio. Con un extraño tema con las empanadas y una capacidad innata de ocultar un puñal bajo el poncho, como decimos vulgarmente en mí pueblo.



Una entrenadora de educación física (que también me hizo recuerdo a mi profe de educación física, por la salvedad que mi profe era hombre), con un chicle que nunca acababa y un lesbianismo latente.



Una señora con serios desvaríos, que es esa profe que todos amamos y quisiéramos ver muerta de una buena vez por todas.



Una directora de colegio, con una mente aguda, maquiavélica y poco entrenada para lidiar en situaciones de secuestro. Con el mutante poder de ahuyentar a los hombres con pistolas, con tan solo recitar un par de textos poéticos. Quien aprende su lección como buena alumna.



Una…una…tarta muda que sabía enfrentarse a su defecto lingüístico (por así decirlo) con gallardía y psicología invertida. Lastimosamente la víctima del siniestro de la obra.



Un adivinador o quizás numerólogo con pinta de taxista venido a menos, muy desapercibido y triste. Casi nadie en el todo, un accesorio que solo completa el cuadro, pero no lo forma.



Una madre de familia que en el poco tiempo de estar en escena, nos explica muy bien el porqué nuestras actuales generaciones se están yendo lenta y paulatinamente al abismo.



Una profesora muy joven, con corpiños impropios de una institución pública que se respete y una actitud muy parecida a la de mi hermana adolescente, ante la vida.


Un futbolista (o asesino en serie) que lucha contra una especie de alter ego o doble personalidad. Incapaz de escuchar poesía o ningún texto solemne, con un claro complejo de salvador y concienzudo moralista.



Una vendedora de ropa interior y vestidos, cuyo lugar no podía ser el más indicado (rodeada de mujeres inseguras y con alto complejo de superioridad). Gris y el tipo de persona al que se refería Cristo cuando dijo: a los tibios los vomitaré de mi boca.



Una nueva profesora, ingenua y todavía virgen (si se me permite el término) en lo que significa la educación pública en los países latinos.



Una segunda en mando, que tiene el plan clásico del “serrucho” para su superiora. Pero que aprende una linda lección, como en un cuento para niños.



Y un director que supo reunir estas energías, en un texto de larga duración, pero no aburrido. En una obra muy interesante, llena de histeria, caos y nuevos órdenes que deben ser establecidos. ¿Cuáles? Vaya a verlos por usted mismo.

Acassuso


Las actrices en su esplendor.

Kevin Quitapenas


Lo que más me gustó de la obra escrita y dirigida por Rafael Spregelburd, fue la dirección de actrices (lo pongo así porque eran más que los hombres). Muchas en escena, muchas energías, muchos personajes, muchas situaciones y sin embargo, todas distintas, todas radiantes. El orden y la capacidad escénica de 11 personas, fue un espectáculo que me hizo vivir una buena experiencia teatral.


Del texto, no fue lo que más me gustó de este autor de quien he leído otras obras más interesantes a nivel estructural. El autor, como siempre, jugando con la forma de las cosas, con la imposibilidad del lenguaje y con ciertos símbolos que nos remiten a ideas completas, como el incidente en Acassuso, lugar inventado, imaginario, imposible y por lo mismo único y con la capacidad de ser un todo.


Es una denuncia, es un reencuentro, es una manifestación del estado de las cosas, es un humor negro que no resuelve nada y sigue planteando interrogantes. Y son estas interrogantes las únicas respuestas a las anteriores. Por lo mismo no dejamos de buscar, de recordar momentos y atmósferas creadas en la obra, nos sumergimos en un nuevo mundo pseudo realista de Rafael Spregelburd, de la mano de sus actrices (a cuál más genial), sus actores y su impecable dirección.


Para entrar al mundo de Acassuso, lo encuentran en el Andamio 90, los días sábados a las 20:00 y los domingos a las 19:30, Paraná 660; teléfono 4373-5670.