12 dic 2012

HP/Hans Pozo


Un magnífico “trabajo en proceso” terminado que critica el arte


HP surge de una noticia policial: en marzo de 2006 comenzaron a aparecer los restos de un cuerpo mutilado, esparcidos en distintos lugares de Santiago. Cuando “el descuartizado de Puente Alto” pudo ser identificado, se supo que era un joven de 20 años, con una historia de desenfreno y desamparo que lo convirtió en un paradigma de la marginalidad en el Chile postmoderno. La Compañía Teatral Chilena La Nacional decide llevar al teatro la historia del descuartizado, convoca a Luis Barrales para que la escriba, y con el apoyo del Fondo Nacional para el Desarrollo del Arte la estrena al año siguiente en el Teatro del Puente.


H P/Hans Pozo es la obra que está escrita por Luis Barrales y está bajo la aguda dirección de Gisel Sparza, quien propone una ejecución escénica política y teatral a la vez; la directora con su “trabajo en proceso” dibuja una línea que está entre la denuncia y la transformación: denuncia el arte que surge de un hecho horrible y lo transforma en un acto escénico estético fragmentado.

El hecho horrible que se delata es lo que pasó realmente, que casi nadie lo sabe, pero surge de un hecho policial, de una crónica roja, donde algunos mencionan que fue un niño el que observó a un perro callejero jugaba con un pie humano. Así, por todo Santiago se fue descubriendo restos humanos hasta que descubrieron que se trataba de un hombre que prestaba su cuerpo para servicios sexuales, cuyo nombre era Hans Pozo.

De esta manera hay varias versiones de la historia y de la crónica que Hans Pozo, como también otras obras de teatro que se basan en ella. Lo interesante de HP/Hans Pozo es que critica y compone esas visiones desde un trabajo inacabado, fragmentado, que parece no tener unidad pero en el fondo hay componentes muy importantes de búsqueda no de la “verdad” de lo que sucedió, sino de lo que les sucede a HP/Hans Pozo como acto estético ante las historias y crónica de Hans Pozo.

Podemos decir que en el relato, hay una historia de sexo, drogas, amor y cumbia detrás de la crónica policial de Hans Pozo. En el “trabajo en proceso” HP/Hans Pozo juega con el peligro de ese esbozo de transformarlo en una historia de mero entretenimiento.

A su vez, hacen varios planteamientos muy importantes desde la obra, desde su puesta en escena y desde la estética fragmentada sobre la visión que toman sobre la crónica policial de Hans Pozo. Estos planteamientos son los que resuenan como reflexión, como crítica y como pregunta en el espectador, y se agradece que una obra que no esté terminada y esté en el mero proceso de puesta en escena te haga ese planteo.

La puesta en escena fragmentada de HP/Hans Pozo magnifica la problemática de la representación de contar un hecho de crónica policial sin caer en el "moralismo" o una visión superflua del hecho.

La estética de la transformación de los actores en personajes, el cuestionamiento en escena de que: si el trabajo de interpretación va por buen camino, y esas preocupaciones burguesas comunes del actor de sentir al personaje o investigarlo llevan a la paradoja misma de saber si se comprende o no el hecho como tal, haciéndolo a un lado, como otra crónica roja más y la vida continúa.

Esa propuesta es la que da valor como estética y problematiza la delgada línea de transformar en denuncia en el mismo proceso creativo estético. Ya que si bien HP/Hans Pozo es un acto estético no pierde esa noción de recordar el hecho de la crónica policial.

En otras palabras, critica a las obras de teatro basadas en un hecho real porque se transforman en una obra estética perdiendo todo el sentido que lo germinó y eso siempre va a estar presentada de forma fragmentada en el imaginario.

HP/Hans Pozo, por suerte y se agradece, tiene cuatro actores de muy buen nivel y que sean chilenos -uno puede perderse en sus modismos, pero no de los múltiples sentidos que evocan-, cabe destacar los trabajo de Majo de la Cruz y a Nibaldo Maturana.

HP/Han Pozo es una propuesta minimalista, con muy pocos recursos escénicos, que utiliza la proyección de diapositiva de manera fragmentada, y construyen mundos aportando así a los actores y al relato transformarse en un magnífico “trabajo en proceso” terminado que critica el arte.

Muy pronto se hará la presentación de HP/Hans Pozo.



DRAMATURGIA- LUIS BARRALES GUZMAN


ELENCO-
NIBALDO MATURANA
MAJO DE LA CRUZ
JAVIER SALAMANCA
DANIELA MORAGA

DIRECCION- GISEL SPARZA SEPULVEDA
DISEÑO INTEGRAL- KAREN UTRERAS
FOTOGRAFÍA FIJA- MARISOL MARTIN














23 oct 2012

SOCAVÓN



" Un hombre compra un cuchillo. La capacidad de concentración disminuida, la inteligencia nublada, incoherente.​​
No sabe si el asesinato de su esposa fue real. No sabe si ya estaba muerta. No sabe como llegó. No sabe si fue él."​


Socavón de misterios, socavón de miedos, de incertidumbres y desasosiegos. Viendo la pieza tenemos la sensación de ingresar a un socavón oscuro, al socavón del pensamiento de un hombre lleno de incertidumbres respecto a su propio accionar, más aun cuando en sus manos empuña un cuchillo…

Este hombre se encuentra turbado por la incertidumbre, no tiene certeza respecto a su accionar, a su pasado inmediato, todo en él es duda. Lo único que logra vislumbrar, entre la maraña de pensamientos que lo pueblan, es la certeza de que él ha comprado un cuchillo, que quizás él ha utilizado este cuchillo, que sus manos lo empuñaron con fuerza para hundirse en el cuerpo de alguien, que al parecer ese alguien puede ser su esposa. Las imágenes van y vienen en un bamboleo de pistas difusas. 

Sus pensamientos son acompañados por lo que parece es su alter ego quien, al igual que él, se vuelca a la tarea de armar este puzle que lo ata a su pasado inmediato. Sin embargo, por momentos, pareciera ser que este “otro” tuviera mucho más claridad respecto a lo sucedido y se divirtiera confundiendo al hombre con pistas inexactas, dándole un paseo por este socavón de miedos, en los cuales también hay tiempo para la burla del otro y de si mismo.

Como espectadores hacemos también el intento de armar el rompe cabezas, al mismo tiempo que sentimos miedo de llegar un día a estar enfrentados a nuestro propio y oscuro lado B, aquella potencialidad maligna que todos tenemos escondida en algún socavón de nuestro ser y que puede despertarse un día sin que tengamos control alguno; tal vez con la aparición de un cuchillo o de cualquier otro elemento banal y cotidiano, nunca sabemos donde se abre el socavón.

El texto no está exento de poesía, de juegos sonoros propuestos por la propia palabra y de imágenes que nos interpelan y nos empujan a no abandonar una posición activa como espectador y eso se agradece.

Destaca la actuación de Franco Marasco, quien vitaliza la escena al dibujar con versatilidad los rasgos de su personaje, de ese “otro” que atormente y acompaña, el cómplice silente.

Socavón está los viernes a las 23:00 en El Fino Espacio Escénico, calle Paraná 673, 1° piso, CABA. Reservas a socavon2012@gmail.com






23 sept 2012

EL NIÑO CON LOS PIES PINTADOS



Un grupo de médicos/científicos son los encargados  de cuidar y estudiar desde hace años a un niño con algunas características particulares.
Ellos mismos serán los encargados, en esta oportunidad, de exponer el origen y consecuencias de esas singularidades.
Durante la exposición se incluirán relatos de la vida del niño narrados por sus familiares y otros profesionales.


Imposible ver EL NIÑO CON LOS PIES PINTADOS y salir de la sala sin comentar la pieza, reflexionando sobre los grandes temas que ésta propone. Efectivamente, el relato de la obra no tiene nada de anodino, muy por el contrario, su esencia es de una  contingencia que duele. 

En esta historia conviven un padre, una madre, un médico, una médica, una empleada de subsidios y varias psicopedagogas, teniendo todos ellos como punto en común la figura de un joven que, lo descubriremos poco a poco, sufrió numerosos episodios de abuso sexual por parte de su propio padre. A partir de estos oscuros hechos que enfrentó desde niño, “el chico” desarrollara una personalidad introvertida, algo hermética; hecho por el cual se ha transformado en objeto de estudio para la medicina y su omnipotente ciencia que todo lo explica en números y análisis de diversa índole, ocupándose más del “objeto de estudio” que de la persona tras el análisis.

Todos se ocupan del “chico”, desde el aparato jurídico, el médico, el social, estatal y también, por supuesto, su familia. Todos se vuelcan en el intento por hacerlo olvidar, comprender o procesar los hechos traumáticos vividos. Y nosotros, en calidad de espectadores, también nos ocuparemos de su historia por el transcurso de la hora que dura la pieza, intentando comprender lo que vivió el muchacho y aferrándonos a la esperanza de que aquella sea sólo una historia teatral o una historia que siempre ha de suceder a otro, nunca a nosotros mismos.

La pieza hace uso de atractivos recursos escénicos que nos permiten adentrarnos en la obra sin miedo ni dolor, la estética escogida es acertada y ayuda a digerir un tema tan denso como el de la pedofilia e incesto. Hay momentos de risa, viajamos en los sueños del “chico”, nos reímos con los comentarios analíticos del cuerpo médico, nos sorprendemos ante las reflexiones del cuerpo estatal que se ocupa del caso y oímos la cabeza del propio “chico” hacernos la transcripción de aquellos momentos vividos junto a su padre, transcripción hecha desde la mente infantil que se esfuerza por comprender lo que vivió y que termina escogiendo la evasión como el camino que le ayudará a continuar con vida.

Destaca el manejo dramatúrgico del tema por parte de Diego Brienza y Laura Fernandez, así como la sobresaliente interpretación de Marcelino Bonilla como “el chico”.

Una pieza absolutamente recomendable, tanto por su forma como por su fondo. Una obra atrevida en cuanto a la elección del tema y acertada respecto al tratamiento del mismo. Esta es una invitación a enfrentar el tabú, reflexionar al respecto y despertar responsabilidades, desde el hogar hasta el Estado y sus organizamos.

EL NIÑO CON LOS PIES PINTADOS está los viernes a las 23:00 horas, en Abasto Social Club, Yatay 666, reservas:


Actores: Marcelino Bonilla - Mar Cabrera - Daniela Donschik - Lucrecia Gelardi - Laura Lina - Melina Kuperman -Horacio Marassi –
Pamela Marmisolle - Maia Menajosky - Gabriela Perisson - Vanina Salomon - Mauro Tellechea
Coreografía: Maia Menajovsky y Federico  Borensztejn
Escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde
Realización de escenografía: Víctor Salvatore
Iluminación: Sandra Grossi
Diseño gráfico: Bárbara Delfino
Asistente de dirección: Yasmin Sapollñik
Dirección: Diego Brienza



AVIONES ENTERRADOS EN LA PLAYA



En un muelle, un pescador cuenta anécdotas a un desconocido con la esperanza de que, a cambio, el desconocido diga algo. No hay otras vicisitudes. Al igual que un caleidoscopio, Aviones enterrados en la playa es una construcción regular, un material que se refleja en función de cómo se mire." Luis Cano

Estos aviones caen a la playa de nuestro oído para llenarlos de poesía, y ¡se agradece!

De entrada el universo que se nos presenta es muy mágico, el relato –por denominarlo de alguna manera- emerge del fondo marino para respirar un poco de la mano de un personaje que puede ser percibido desde una función de narrador, y volver luego a sumergirse en el mar para flotar entre boca y boca, así nos hundimos a gusto con la presencia del vacío y de la poseía escénica.

Tanto las palabras que pueblan este universo, como el lenguaje corporal, musical y estético; nos hablan de que existe aquí una verdadera apuesta que no teme a experimentar y arriesgarse en el juego del lenguaje, los ritmos y sonidos. Además de la pulcritud y orden de la puesta en escena.

Por su parte, el elenco sabe muy bien transcribir la esencia de la pieza, aportando con lo mejor de su talento y oficio, esto hace que el viaje sea cautivante y no azaroso; por lo general existe una especia de “reticencia” o “miedo” a lo poético, pues se le lee desde el prejuicio que la liga con lo hermético. Sin embargo, esto no sucede en AVIONES ENTERRADOS EN LA PLAYA, el juego de los actores hace de éste un viaje que fluye por los senderos de la palabra, cuya poesía apela a un imaginario que abre mundos despertando nuestra imaginación.

Federico González Bethencourt, Francisco Grassi, Leonardo Murúa, Román Lamas, Mauricio Minetti son actores muy astutos, predispuestos a hundirse y ahogarnos en este mar de sentidos. Es increíble el juego latente que fluye entre ellos por medio de la presencia, la atención y de no caer en lugares comunes para encontrarse con los hechos, las palabras y ¡se agradece!

Desde un tiempo hasta ahora, la poesía ha estado bastante alejada del teatro, el diálogo fue el que se impuso, un dialogo coloquial, cotidiano, marcado de “realismo”. Por ello, el que aparezca una propuesta que se plantea enfrentar o encontrarse con el desafío teatral tomando como punto de partida el uso de la poesía y su inconmensurable poder creador, es algo que se aprecia; puesto que nutre la escena local y nos hace conectarnos con una parte esencial de lo humano, aquella que no se explica pero que siente. 

Este hermoso trabajo para disfrutarlo con todos los sentidos está los domingos a las 21:00 horas en NoAvestruz, espacio de cultura, Humboldt 1857. Reservas a: 4777-6956 ó reservas@noavestruz.com.ar

Elenco: 
Federico González Bethencourt, Francisco Grassi, Leonardo Murúa, Román Lamas, Mauricio Minetti
Diseño de iluminación: Ricardo Sica
Dirección de voces: Tian Brass
Música: Federico Marrale
Escenografía y vestuario: Mercedes Arturo
Fotos: Paola Toriano
Piezas gráficas: Laura Rovito
Producción ejecutiva: Alejo Sambán
Producción artística: Constanza Balsátegui
Coordinación de producción: Gabriel Cabrera
Asistencia de escenario: Diego Becker
Asistencia de dirección: Micaela Picarelli
Dramaturgia y dirección: Luis Cano



2 sept 2012

MECANISMOS DE EROSION PARA LA TEMPESTAD DE SHAKESPEARE

MANIFIESTO DEL ACTOR


Próspero, antiguo duque de Milán se encuentra exiliado en una isla desierta junto con su hija Miranda.  Muchos años han pasado desde la traición que Próspero sufrió a manos de su hermana (Antonia) y del rey de Nápoles (Alonso). En estos años de exilio Próspero logró doblegar las fuerzas mágicas que habitan en la isla, haciendo de Ariel (espíritu celeste) y Cáliban (hijo deforme de la hechicera Sicorax) los  súbditos de sus deseos.
El rey de Nápoles, acompañado por su hermano Sebastián, por Antonia (hermana de Próspero y actual regente de Milán), Ferdinando (hijo del rey Alonso) y Francisca (sirvienta) sufren un naufragio que los arrastra hasta la isla mágica.  Así, por medio de la magia, Próspero intentará vengar los tristes años de exilio que ha sufrido.
Sin embargo en el desarrollo de la pieza Ferdinando se enamorará perdidamente de Miranda; Antonia y Sebastián intentarán asesinar a Alonso creyendo ver una posibilidad de acceder al trono;  Cáliban acompañado por dos marineros del barco intentará asesinar a su amo Próspero para quedarse en posesión de la Isla y Miranda.
Cuatro actores encargados de encarnar estos personajes saltan de un rol a otro armando paso a paso la representación de este clásico de la literatura dramática. Sus cuerpos, así  como el espacio que habitan, se resignifican una y otra vez a fin de poner en escena los mecanismos de poder que los unen y separan.

No resulta evidente enfrentar un proceso creativo basado en una obra clásica, mucho cuando se trata de Shakespeare, referente obligado del teatro occidental. Más aun cuando lo que se pretende es trabajar un texto suyo desde la desarticulación del mismo. Este es el desafío que enfrenta Francisco Grassi y su equipo a la hora de proponer como espectáculo “La Tempestad” partiendo sobre la idea de indagar en los mecanismos que erosionan la pieza, lo cual impone un amplio conocimiento de la misma, como requisito base.

Es así como lo primero que salta a la vista al presenciar el espectáculo es el amplio trabajo de investigación que impuso la puesta, el proceso que vivió el grupo queda en evidencia tanto en la forma en que se trata el texto como en todo lo que le rodea. La historia base de La Tempestad de Shakespeare se mantiene, pero lo interesante es ser testigo de las articulaciones de la misma, las que van desnudándose durante la puesta, tanto a nivel textual como en lo que respecta a la puesta en escena. Cuatro son los actores que encarnan la totalidad de personajes de la obra original, cada uno de ellos va saltando de un rol a otro, lo que impregna a la obra de un ritmo ágil y obliga a crear un mecanismo que soporte dicho desafío. La escenografía y el vestuario ayudan a que éste se logre, así como el buen desempeño actoral.

Cabe subrayar el excelente diseño escenográfico en el cual se encuadra la pieza, el que ayuda a realizar el viaje hacia el mundo mágico que Shakespeare nos propone en su obra y que Grassi ha decidió conservar. Muy bien pensado el diseño de la misma, los objetos cambian, se mueven, obligan al actor a experimentar con su cuerpo y con el entorno y a desarrollar un juego creativo que le da un dinamismo a la totalidad del montaje.

Llegando al final de la obra, los mecanismos de erosión que se propone indagar esta puesta van quedando aun más en evidencia, cuando todos los actores están obligados a encarnar la totalidad de personajes, sirviéndose para ello de detalles mínimos ligados al vestuario y a pequeños elementos, todo esto bajo la impronta de un ritmo que envuelve también al espectador, transformándolo en lector de minúsculos signos, pero absolutamente significativos.

Se agradece que haya puestas como estas, donde los artistas se ponen desafíos creativos y no temen enfrentar la exploración de cada uno de los lenguajes que componen el acto escénico, desde lo corporal a lo escenográfico.

"Mecanismo de Erosión Para La Tempestad de Shakespeare" está los sábados a las 22:30 en El Excéntrico de las 18. Lerma 420. Reservas al 4772-6092

Ficha Técnica.
Elenco: Romina Almaluez, Juan José Barocelli, Natalia de Elia y Francisco Grassi.
Coach actoral: Nicolás Barsoff.
Música: Alejandro Attwell.
Iluminación: Luciana Jarez.
Escenografía: Duilio Della Pittima.
Vestuario: Juan José Barocelli y María Mazza.
Fotografía: Guadalupe Lorenzo.
Prensa & Difusión: Mariano Casas Di Nardo.
Dramaturgia: Francisco Grassi.
Dirección: Francisco Grassi.







2 ago 2012

DESPUÉS DEL AIRE


Corren los años treinta. Buenos Aires padece tempranamente los albores de una década lacerante para los valores democráticos. El autoritarismo de las élites gobernantes se disfraza de nacionalismo aunque, de todos modos, los paseos por Europa y los tratos económicos viles con potencias foráneas desmientan su naturaleza supuestamente patriota. La pobreza inunda las calles, pero todo se empapa del perfume de lo banal: las nuevas modas, la nueva música, definen a su vez un nuevo tipo de hambre. Las utopías resisten los bastonazos al compás del fox-trot que inunda los salones en donde se apiñan las muchachas para escuchar al galán de turno. El romance melodramático, la aventura desbordada es el nuevo invento de la modernidad y llega a través de su mejor difusor: la radio. La radio está en su apogeo y en torno a ella crecen en la capital porteña los grupos de artistas trashumantes que recorren el país llevando los éxitos probados antes por el eco de los transistores.
Sin embargo, esta es la historia de una compañía en franca decadencia. Robledo, inmerso en el fervor nacionalista del drama gauchesco, ya desplazado por la novela sentimental, insiste en emitir el único guión que ha conseguido, y que pareciera una franca parodia del género. Inhiesta, militante de un radicalismo golpeado, pugna por volcarse a la literatura rusa mientras se debate entre la miseria de la compañía y el dolor de la época. Olinda, la diva disfónica de la troupe prepara su escape junto a Teresa, la otra actriz, hacia el bando de la competencia. Todo se torna simulacro: una opa que canta por la diva maltrecha, una troupe que conspira contra el cabeza de grupo, el encargado de la radio acosando ostensiblemente a la estrella, y un radioteatro supuestamente folklórico dentro de un teatro que narra el peor de los folklores políticos. El conflicto, entonces, gira en torno al escape y a la traición. El voltaje se acentúa cuando choca contra los accidentes del amateurismo artístico local: los problemas técnicos, las intrigas criollas, la cocó, los bofetones.

“Después Del Aire” escrito por Mariano Saba y Andrés Binetti, quien es el director de la segunda parte de la trilogía denominada “América Amateur”. Esta puesta en escena busca manifestar la miseria como eje organizador de la historia, donde sus protagonistas, la mayoría de ellos están constantemente a punto de “salir” de esa situación.

“Después Del Aire” tiene un excelente trabajo actoral, donde lo vocal parece ser el primer plano de la puesta en  escena, pero como siempre, Andrés Binetti junto a ese elenco de lujo construyen personajes increíbles, quienes siempre están en esa línea de lo grotesco y de lo real, quienes constantemente cambian la energía, creando así, climas crueles para los personajes pero muy gracioso para el espectador.

Hermosa presencia con una increíble voz de Malala González; dos caras de una misma moneda, dos presencias absolutamente vertiginosa, “camaleónica” por parte de Roberto Romano e Pablo Sciolini; personajes coquetos, seductores, de presencia caóticas en Julieta Alfonso, Teresa Murias e Ignacio Bartolone.

“Después Del Aire” conjuga las imágenes, el juego escénico con un relato –que también sucede en la primera obra- como una metáfora de la situación actual. Es la exposición de un fantasma que toca de alguna manera a todos.

Para disfrutar de “Después Del Aire” debe ir el viernes a las 21:00 horas, en el Teatro Del Pueblo, av. Roque Sáenz Peña 943, reservas al 4326- 3606.

Ficha Artístico Técnica
Elenco: Julieta Alfonso, Ignacio Bartolone, Malala González, Teresa Murias, Roberto Romano y Pablo Sciolini
Diseño y realización de escenografía: Andrés Binetti y Pablo Sciolini
Diseño de iluminación: Andrés Binetti
Diseño de sonido: Guillermina Etkin
Música original de Mentíme y Cautiva: Martín González
Letras de canciones: Andrés Binetti y Mariano Saba
Asesoramiento de vestuario: Julia Camejo
Diseño gráfico: Andrés Kyle
Prensa: Simkin&Franco
Dramaturgia: Andrés Binetti y Mariano Saba
Asistente de dirección: Sabrina Gilardenghi
Dirección: Andrés Binetti

EL CISNE


El cisne es el protagonista de una de las historias más indescifrables del mundo animal. Una vez que encuentra pareja, se une a ella de por vida. Bellos, largos y orgullosos, los cisnes no emiten sonido durante toda su vida. Sólo rompen su mudez cuando están a punto de morir. En ese mismo instante, cantan de una manera armoniosa y casi mágica. El resto de los cisnes saben de qué se trata, y guardan una suerte de respetuoso reconocimiento mientras su compañero está despidiéndose de la vida con ese único canto. La escena puede durar unos minutos, después de los cuales el cisne morirá y el lago seguirá siendo el mismo, con un silencio roto solamente por el chapotear de los animales. La pareja del cisne muerto se alejará del lugar, separándose de todos los que fueron sus compañeros, y nunca más se sabrá de ella.

“El Cisne” es la ópera prima de Felicitas Kamien. Se nota mucho que la directora hace caso a muchas de sus intuiciones. La propuesta de la obra está en un marco que juegan los códigos de una puesta en escena realista con el absurdo, a eso añadimos, como siempre sucede en la escena porteña, cierto costumbrismo urbano que muestra y que es: la familia disfuncional.

“El Cisne” muestra que los personajes carecen de algo, es algo muy importante que no termina de culminar, de completarse y eso está muy bien expuesto en el espacio. 

“El Cisne” es un juego entre los roles que deben cumplir los personajes con los vínculos que tienen entre ellos; el juego va transformándose en guerra, cada batalla es contenida por un espacio que los encierra a todos ellos, que los ahoga y sobre todo que los fragmenta.

La fragmentación en “El Cisne” está como una metáfora de la sociedad, de los vínculos familiares. En la puesta en escena de la obra de Kamien, ella expone cuerpos incompletos, deseos rotos y esperanzas sucias y viejas como los muros de la casa.

“El Cisne” está los sábados a las 23:15 en el Camarín de Las Musas, Mario Bravo 960, reservas al 4862-0655.

Ficha Artístico Técnica
Elenco: Mariana Cavilli, Alexis Cesán, Victoria Cipriota, Marta Haller y Carolina Milli
Escenografía: Florencia Polimeni  y Esteban Brenman
Diseño espacial: Mariana Cavilli y Felicitas Kamien
Realización de escenografía: Mariano Sivak
Asesoramiento escenográfico: Mariana Tirantte
Vestuario: Julieta Harca y Eliana Kuriss Dick
Iluminación: Eduardo Pérez Winter y Adrián Grimozzi
Diseño sonoro: Javier Bustos
Diseño gráfico y fotografía: Xavier Martin
Prensa: Simkin&Franco
Producción ejecutiva: Mónica Benavidez
Director asistente en ensayos: Diego Cremonesi
Asistencia de dirección: Rodrigo Ochonga
Dirección: Felicitas Kamien

FLORES ARRANCADAS A LA NIEBLA


Dos mujeres, se encuentran en una estación de ferrocarril. Un espacio sin especificación de lugar; un tiempo sin tiempo. Un no-lugar en un tiempo donde el reloj corre de forma perpendicular a la realidad cotidiana. Un lugar no-lugar en otro tiempo como es el camino-tiempo hacia/del exilio. Ambas esperan un tren que ¿ya pasó? ¿No pasará? Durante ese tiempo se abrirá el espacio del recuerdo personal y el espacio también del “des-tierro”.

“Flores Arrancadas A La Niebla” de Arístides Vargas es la propuesta de Ana Woolf está mostrando como instrumento poético de un mundo que es aterrador y mágico, pero tiene que estar habitado por estos dos personajes que están obligados a estar ahí.

“Flores Arrancadas A La Niebla” muestra el vacío del exilio, el abismo oculto de la injusticia, el borde la locura y el juego, las promesas al viento, los desgarros corporales y el equilibrio de la naturaleza.

“Flores Arrancadas A La Niebla” tiene mucho ritmo, es muy poética. Juega con lugares vacíos, con el equilibrio precario de los personajes, con la resonancia magnética de la música en un espacio donde todo debe pasar.

“Flores Arrancadas A La Niebla” está los sábados a las 20:00 horas, en Andamio 90, Paraná 660, reservas al 4373-5670.

Ficha técnica
Dramaturgia: Arístides Vargas
Elenco: Natalia Marcet y Cecilia Ruiz
Dirección de arte: Sandra Iurcovich
Música original: Claudio Peña
Diseño de luces: Sandra Iurcovich y Ana Woolf
Edición de imágenes: Francisco Iurcovich
Asesoramiento técnico: Chango Díaz
Realización de escenografía: La Menesunda Realizaciones
Realización de vestuario: Silvia Calvo
Fotografía: Fiorella Corona
Prensa: Simkin&Franco
Diseño gráfico: Lore Dominguez
Asistente de producción: Jenny Cuervo (Colombia)
Asistencia de dirección: Diego Schmukler
Dirección y puesta en escena: Ana Woolf